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BOXEO

Lomachenko pasa por encima de un desbordado Marriaga

El ucraniano volvió a exhibirse. Marriaga planteó muy poco al ver que no tenía manera de contrarrestar a Lomachenko. El colombiano no salió en el 8º asalto.

Vasyl Lomachenko (golpea con dureza a Miguel Marriaga durante su combate en Los Ángeles por el mundial WBO.
AFP

Miedo. Ese es el sentimiento que Vasyl Lomachenko despierta entre sus rivales. Miguel Marriaga no fue una excepción y salió demasiado atenazado al ring del Microsoft Theatre de Los Ángeles (California, Estaods Unidos). El ucraniano retuvo el cinturón mundial del peso superpluma por la Organización Mundial de Boxeo (WBO, en inglés) después de que la esquina del colombiano decidiese que no saliese en el octavo asalto. Después, Hi-Tech lanzó un claro mensaje: "Pelearé contra quien quiera pelear conmigo". Ahí queda el guante, tiempo para que alguien lo recoja.

El combate fue otro paseo del ucranio, ganó por retirada, como en sus dos pleitos anteriores. Lomachenko salió cauto, por la pegada de Marriaga, pero pronto descubrió que el plan de su rival no daba para más. Un crochet de derechas en el segundo asalto y dos cabezazos, que le provocaron a Hi-Tech un moratón en su ojo izquierdo y un corte en la misma ceja, esa fue la pobre participación del colombiano. Marriaga se despidió del combate con sólo 45 golpes conectados, imposible dar más ante el vendaval Lomachenko.

Hi-Tech fue de menos a más y en el tercer asalto ya mostró todo el esplendor de su boxeo. Desbordado, Marriaga se limitó a cubrirse bien. Eso le molestó al campeón que le incitó. No consiguió que contestara, pero le cazó con una izquierda a la pera que le lanzó al colombiano directo contra las cuerdas. Se recuperó y Lomachenko, muy encendido, se fue a la esquina y le provocó para que le pegase. No hubo lugar.

En el cuarto asalto Lomachenko recibió el segundo cabezazo, entonces empezó a medirse para que otro no le complicase el pleito. Así lo hizo, siguió tirando de manera continua. Tocaba una y otra vez, su jab no se cansó de tocar. Eso sí, como Marriaga seguía escondido tras su guardía seleccionaba los golpes duros. Acertaba siempre e iba mellando al colombiano. Así transcurrió el combate hasta el séptimo asalto. Un crochet de izquierdas de Lomachenko, que no impactó por completo, volvió a sentar a Marriaga. Se repuso, pero su esquina dijo que ya valía. No merecía la pena continuar con el castigo. Lomachenko lo volvía a hacer, ahora espera grandes retos.