Bouzán y Fiuza siguen reinando en el Sella: octava victoria
Logran su octava victoria consecutiva en el K-2 en el Descenso más igualado de los últimos años. Amaia Osaba y Tania Álvarez se impusieron en el K-2 y Tania Fernández en el K-1.
La clave, decían los analistas, se situaría en el porteo. La posibilidad de correr, piragua en mano, en la isla de La Boticaria, a escasos 300 metros de la meta, podría decidir las cosas si los de adelante llegaban igualados. Y así fue. Walter Bouzán y Álvaro Fernández Fiuza ampliaron su dominio en el Descenso Internacional del Sella con su octava victoria consecutiva en una edición, la 81ª, que se definió de la manera más emocionante de los últimos años. Y con porteo incluido.
Los versos de Saúl Craviotto, cuádruple medallista olímpico y pregonero del Descenso, sirvieron para que la atención se centrara en la prueba deportiva. El catalán competiría después con su padre como pareja del K-2. Es el Sella una celebración en la que se mezclan elementos deportivos con folclóricos. La fiesta de las piraguas tiene muchos registros. Pero el sábado, cerca del mediodía, los ojos se centran en el río. Recitó Craviotto, se entonó el “Asturias Patria Querida” y echó a andar la carrera con Julio Martínez y José Julián Becerro en cabeza. Detrás, el resto de los 1.300 palistas (récord de participación) de hasta 23 nacionalidades (récord de países representados). Una amalgama de embarcaciones que suponen el sello más especial de la prueba.
Desde la primera palada se formó un cuarteto en cabeza. A los líderes se les sumaron Bouzán y Fiuza, Ramalho y Merchán y los primos Emilio y Milín Llamedo. El cuarteto lideró la prueba hasta el mencionado porteo, clave en la definición, cuando Miguel Llorens y Luis Amado revelaron a los Llamedo en el grupo de cabeza.
Ahí surgió la estrategia. Bouzán y Fiuza fueron los últimos en portear iniciando una carrera paralela en La Boticaria a la de Ramalho y Merchán. La victoria parecía cosa de las dos embarcaciones. Un resbalón de Ramalho en plena carrera y la fuerza final de los favoritos definieron la victoria en el sprint final. Los campeones también reinan a pie.
Bouzán y Fiuza lograron su octavo entorchado y fueron acompañados en el podio por Ramalho y Merchán (segundos) y por Martínez y Becerro, terceros. En el K-1, la victoria final fue para Alberto Plaza con una llamativa superioridad. Entre las féminas, Amaia Osaba y Tania Álvarez se impusieron en el K-2 y Tania Fernández hizo lo propio en el K-1.
Bouzán y Fiuza: “Es un sueño cada vez más grande”
La decisión de la organización de permitir el porteo en la isla de La Boticaria había desatado la polémica en las horas previas. Para algunos, un guiño al espectáculo, al abrir más posibilidades a la victoria. Para otros, un obstáculo al dominio de Bouzán y Fiuza. Los ocho veces campeones se inclinaron por la segunda lectura. “Sabíamos que sería una lotería. Cada uno cogió una línea y podía pasar cualquier cosa. La zona del porteo estaba resbaladiza y peligrosa. Podría haber sucedido un accidente. La decisión fue una gran decepción para nosotros”, señaló Bouzán. “Estamos cabreados por esa decisión pero muy felices. Ganar en el Sella es un sueño hecho realidad. Y, con ocho victorias, un sueño que cada vez se hace más grande”, indicó su compañero Fiuza, que analizó el porteo que les dio la victoria: “Vimos cómo era la zona y decidimos que queríamos hacerla más adelante. No sabíamos si sería lo más rápido pero tomamos esa decisión. Quizás fue la suerte del campeón”.
En K-1, la victoria fue para el asturiano Alberto Plaza. “Iba segundo y a mitad de carrera veía que me encontraba bien y que me acercada al líder. Al final le saqué más de medio minuto. “El Sella era mi máximo objetivo”, analizó el palista.