Francia, la profesionalización de las aguas abiertas arrasa
Ganaron cuatro de las siete pruebas y coparon dos podios más. Los nadadores se entrenan en equipo y realizan varias concentraciones en altura durante la temporada.
El Lago Balaton, situado al sur de Budapest, ha sido una pequeña colonia francesa durante la primera semana de competición en estos Mundiales de Natación. El himno ha sonado hasta cuatro veces, y los nadadores galos han copado cuatro de los siete títulos y han estado presentes en seis podios: cuatro oros, una plata y un bronce. Solamente la prueba femenina de los 25 kilómetros que se ha disputado esta mañana es la única en la que no ha habido presencia francesa.
Aureli Muller ha ganado los 10 kilómetros, ha sido plata en los 5 y octava en los 25 km. Marc Antoine Olivier ganó los 5 kilómetros y fue bronce en los 10. Alex Raymand se adjudicó los 25 km. Y todos ellos ganaron los 5 km mixtos. Un botin inalcanzable, superando a otras potencias como Alemania, Brasil o Inglaterra. Solamente Ana Marcela Cunha, con un oro y dos bronces, ha podido plantarle cara a la potencia francesa.
Desde hace ya varias temporadas, Francia ha optado por una profesionalización de las aguas abiertas. De la mano del técnico Stephane Lecat, medallista mundial en Fukuoka 2001 y triple podio europeo, los nadadoras han creado un equipo de trabajo que se entrenan conjuntamente a lo largo del año, algo que no sucede por ejemplo en España, donde el grupo de aguas abiertas se entrena por separado, ya sea en clubes o centros de alto rendimiento.
Hay otras dos claves, al margen de la homogeneidad del grupo, para conseguir tan buenos resultados. Uno de ellos son las numerosas concentraciones en altura que realiza este grupo de entrenamiento, con tal de mejorar la capacidad aeróbica de sus nadadores, en un deporte de tanto aguante. Su triángulo es claro: Font Romeu, Sierra Nevada y Pretoria (Sudáfrica). Concentraciones que les ayudan a llegar finos a la competición.
También les ayuda la profesionalización de los recursos y la experiencia de su entrenador, quien conoce como pocos las aguas abiertas, una especialidad bastante imberbe en el programa acuático. En los últimos años, ha habido muchos avances en esta disciplina, y Lecat somete a sus discípulos a duros entrenamientos, compaginados también de otras experiencias. Por ejemplo, Muller nadó esta temporada una maratón acuática en Argentina. Tardó más de nueve horas en completar el recorrido de 57 kilómetros.