La ‘serpiente’ Ona Carbonell abre un Mundial nostálgico
Sin Phelps ni Ischenko, la sincro inaugura una competición en la que España espera mejorar las tres medallas de Kazán. Mireia Belmonte, en la segunda semana
Junto al castillo de Vajdahunyad, en el Parque de la Ciudad de Budapest, arrancan los Mundiales de la nostalgia por la ausencia nuevamente (y ya para siempre) de Michael Phelps y de Natalia Ischenko, dos grandes de la natación y de la sincronizada. Su sombra eclipsa una competición post-olímpica, siempre decaída menos para aquellos nadadores que no entienden de años sabáticos, entre los que se encuentra la española Mireia Belmonte, la estadounidense Katie Ledecky o la heroína local Katinka Hosszu.
Por detrás teóricamente de Rusia y China, Ona peleará con la ucrania Voloshyna y la japonesa Inui por el bronce, aunque este año la diseñadora ha causado muy buena impresión con su coreografía atrevida y espectacular. También a las 11:00 comenzarán su andadura en este Mundial los saltadores Nico García-Boissier y Alberto Arévalo en trampolín 1 metro. España espera superar el botín obtenido en Budapest, donde hubo solo tres medallas. La baza de Mireia Belmonte, ausente en Kazán 2015, siempre desequilibra la balanza.