Las opiniones sobre la nueva prórroga en la NFL
El cambio de regla, que reduce la duración del tiempo extra de 15 a 10 minutos, ha encontrado visiones distintas sobre el impacto en el juego.
Como todo cambio de regla deportiva que se precie, las impresiones que se pueden realizar sobre la misma tienen que dejar que transcurra el Tiempo, que es juez y parte en todo en esta vida y que pone a cada uno en su sitio.
Por ello, apresurarse a valorar el impacto que tendrá sobre el deporte en cuestión quizás no sea la mejor política, sino que es razonable dejar pasar el tiempo (y no poco) para hacer una valoración con más argumentos, que siempre es el aspecto fundamental a la hora de emitir un juicio.
No obstante, aquí tenemos a Bruce Arians, que sabe de esto del football apenas un poco y que ya ha dejado clara su opinión al respecto de esta modificación. En su opinión, el cambio de regla va a influir en cómo se gestiona el ‘game plan’ en ese tiempo extra, sea de la manera que sea.
“Aunque la gente esté hablando de los ataques que duren 10 minutos (y se ‘coman’ casi todo el reloj), la verdad es que no sé si he visto uno que dure tanto. También es verdad que si alguien es capaz de monopolizar la posesión durante diez minutos, mereces perder”, añadió el técnico de los Arizona Cardinals.
La seguridad
Sin embargo, hay un aspecto que menciona Bruce Arians y que tiene un componente fundamental a nuestro entender, esto es, ese esfuerzo extra que se le exige a esos jugadores, que podemos estar hablando de entre 15 o 20 snaps extra, y con la posibilidad muy factible de una nueva actuación en un Thursday Night Football de rigor, sin apenas tiempo para recuperar.
En ese sentido se pronunciaba Rich McKay, Presidente del Comité de Competición de la NFL, que esta reducción de duración podía llevarnos a registrar más empates que antes, que no tuvimos pocos a lo largo de 2016, mientras que al mismo tiempo se disputaban encuentros menos emocionantes.
Y sí, el rasgo común era de la salud de los jugadores.
En declaraciones a PFT Live, afirmaba que el cambio de las prórrogas se debían a las consecuencias que se habían contemplado en materia de salud ya que los jugadores terminaban literalmente machacados y ese es un aspecto que la NFL está intentando cuidar en la medida de lo posible, con la dificultad extra de que estamos hablando de un deporte de contacto.
A efectos prácticos y parafraseando a McKay, “no se trata de hacer el deporte mejor, sino de hacerlo más seguro”.
Por último, que no es un aspecto que se haya mencionado con anterioridad, queda la posibilidad mucho más cercana y más materialista de la tremenda duración de los partidos de la NFL, que superan sin problema las tres horas de duración media y que las prórrogas ya ocasionan muchos trastornos en las parrillas de unas cadenas que han invertido muchísimos millones de dólares en hacerse con los derechos.
Como todo cambio que se produzca, el Tiempo será el que irremediablemente dé su veredicto sobre el impacto que se producirá sobre el deporte, pero tampoco estaría mal que se tuviera en cuenta el bienestar de los protagonistas, que no dejan de ser los que nos encandilan cada fin de semana.