Saúl Craviotto eleva el mito

Sin apenas ruido, Saúl Craviotto se ha convertido en una leyenda del deporte español. Ha ganado dos medallas de oro, una de plata y una de bronce en sus tres participaciones olímpicas, desde Pekín 2008 hasta Río, donde se confirmó como un piragüista excepcional. Junto al joven Cristian Toro, venció en la prueba K2-200, la más rápida del programa, una estampida que además de la explosividad requiere una coordinación milimétrica entre los dos ocupantes de la embarcación. Craviotto, policía nacional en Gijón, añadió el bronce en la prueba individual de la misma distancia. A su palmarés olímpico, uno de los mejores del deporte español, agrega tres títulos de campeón del mundo y varias medallas en los Mundiales y Campeonatos de Europa.

Craviotto, de 31 años, atravesó por un periodo de dudas un año antes de los Juegos. No logró clasificarse para los Juegos en la prueba individual. Tampoco lo consiguió Cristian Toro en la prueba de K2. Quedaba una oportunidad, el preolímpico de Duisburgo a primeros de este año. Era tiempo de probar nuevas combinaciones. En noviembre de 2015, Craviotto comenzó a entrenarse con Toro. La química funcionó desde el primer momento.

Complementarios. El veterano suele decir del joven que le ha multiplicado el vigor competitivo. Cristian Toro dice que Craviotto es su ídolo, su modelo de deportista. Los resultados se revelaron poco después. Los dos españoles se clasificaron para los Juegos Olímpicos con unas sensaciones magníficas. Semanas más tarde ganaron el Mundial. En apenas seis meses estaban en la cima de su especialidad. Pensaron, y con razón, que estaban en condiciones de lograr el oro en Río. Así fue. Se impusieron en el K2 y Craviotto se reservó otra bala para la final en K1. Fue tercero en medio del agobiante calor que se abatió sobre el Lagoa de Río de Janeiro. Sus dos medallas le acreditan como un mito del piragüismo español, donde no le falta compañía, desde David Cal hasta el joven Marcus Cooper, ganador del oro en la prueba de K1 1000.