Zaragoza y el boxeo despiden al mítico Perico Fernández
El ex campeón del mundo, que falleció con 64 años, ha sido incinerado tras un multitudinario y emotivo funeral en el cementerio de Torrero.
Zaragoza ha despedido a Perico Fernández, uno de sus hijos más queridos, con un multitudinario y emotivo funeral en la capilla principal del cementerio católico de Torrero. El cuerpo sin vida del campeón fue velado en el tanatorio desde el viernes por la tarde por numerosos amigos, conocidos y aficionados al boxeo, y en su capilla ardiente, encima de su féretro, se depositó su cinturón de campeón universal y una imagen de sus años gloriosos.
Acudieron el concejal de Deportes, Pablo Híjar, los ex boxeadores Alfredo Evangelista y José Antonio López Bueno, el expresidente del Real Zaragoza José Ángel Zalza y Alberto Belsué, exjugador y ahora delegado del equipo, y el periodista José María García, que glosó durante diez minutos en la misa la figura de Perico. Les acompañaron otras quinientas personas pàra darle el último adiós a uno de los grandes mitos del boxeo español, que fue incinerado tras el funeral.
El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, estuvo en el velatorio de Perico para rendir un homenaje institucional con su presencia a "uno de los grandes deportistas que ha tenido Aragón". “Le tocó sufrir —añadió— y tuvo muchos momentos malos, pero como deportista es un ejemplo a seguir”.
También el presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, lamentó la muerte del campeón mundial. “Perico fue un boxeador fantástico que nos hizo disfrutar. Un buen tipo castigado por su origen”.
La última aparición bajo los focos de Perico Fernández (Zaragoza, 1952) fue el 16 de enero del 2012, con motivo del homenaje que se organizó en el Teatro Principal para recaudar fondos con los que ayudar al campeón, que entonces dormía en un club de alterne. Alrededor de medio millar de personas acudieron a la cita y se recaudaron poco más de 6.000 euros.
Perico Fernández falleció en la madrugada del viernes en el centro neuropsiquiátrico Nuestra Señora del Carmen de Garrapinillos, localidad cercana a Zaragoza, a los 64 años. El excampeón mundial del peso superligero padecía desde hace años numerosos problemas de salud, entre ellos alzhéimer y diabetes, y se encontraba bajo la tutela de los servicios sociales del Gobierno de Aragón.