Sergio García y Cabrera Bello sostienen a Europa en la Ryder
Estados Unidos arrancó con un contundente 4-0 en la mañana y Europa remontó hasta 5-3 con un gran partido de la inédita pareja española
A las 6:00 de la mañana del viernes, antes del amanecer, una gigantesca marea humana salía a la calle en Chaska (Minnesota). Había disfraces de George Washington, de la Estatua de la Libertad, millares de banderas de barras y estrellas... Iban en tromba al campo de Hazeltine para ver a Estados Unidos. Empezaba la Ryder Cup 2016, que tuvo una mañana perfecta para los americanos y una tarde de faena y remontada para Europa con la pareja española Sergio García-Cabrera Bello como faro. El resultado: 5-3. Todo por decidir.
El planteamiento inicial del sheriff Davis Love III fue perfecto. Alineó para los foursomes (sólo una bola) a parejas que empastaron a la perfección. Reed y Spieth devoraban a Stenson y Rose, Dustin Johnson y Kuchar machacaban a Westwood y Pieters. Incluso McIlroy, que jugaba con Sullivan, caía. Y Sergio García y Kaymer no encontraban el rumbo con Walker y Zach Johnson. Los americanos habían salido con mucha más tensión y embocaban los putts llevados en una alfombra mágica por su ruidoso (a veces excesivo) público. El resultado: un contundente parcial de 4-0 contra Europa, algo que no pasaba desde 1975.
El capitán europeo Darren Clarke pronto se dio cuenta que el experimento de arranque había fallado. Y trazó otra hoja de ruta para los fourballs. En ese plan estaba la pareja española. Sergio García, que cumplía ocho Ryders (las mismas que Seve) y Rafa Cabrera Bello, el novato canario que es un mago del match-play. Les tocaba enfrente a J. B. Holmes y Ryan Moore que pronto se dieron cuenta que el dúo español no les daría tregua. En el primer hoyo, Cabrera Bello había hecho birdie. Mejor estreno imposible. Con ese buen feeling, Sergio y Rafa, amigos íntimos, siguieron galopando. Birdie de García en el 5, otro del canario en el 6 y el de Borriol remataba en el 9, cuando ya iban cuatro arriba. Un nivel de la pareja Olazábal-Seve. En el 16 cerraron: 3 y 2.
“Me encanta con la pasión que afrontan los españoles la Ryder”, contaba Kaymer. Y en el campo, Sergio ratificó las palabras del teutón. Es un jugador mágico en esta cita. Pelea, anima, desafía al público...Transmite pasión y se la contagió al rookie Cabrera Bello y a toda Europa. El ímpetu de EE UU se nublaba.
Stenson y Rose, pareja galáctica de Clarke, se redimían de la mañana y daban el primer punto a Europa a costa de Spieth y Reed, verdugos matinales. McIlroy se alió con el novato Pieters y tumbó a DJ y Kuchar. EE UU se daba una alegría con el triunfo de Koepka y Snedeker ante Kaymer y Willett. Mañana americana, tarde europea. 5-3. Hoy, segundo asalto con el mismo menú, de primero foursomes y luego four-ball.