¿Y si Brett Favre volviera a ser el quarterback de los Vikings?
Sí, lo sé, es imposible que el mito recién elegido para el HOF vuelva, pero visto el panorama y las otras opciones, ¿a que tampoco parece una idea tan descabellada?
Si me preguntaran qué quarterback me gustaría que se pusiera a los mandos del ataque de los Minnesota Vikings ahora que Bridgewater está lesionado, no tendría ninguna duda. Si me dan a elegir entre Shaun Hill con 36 años, y toda la banda de tipos sospechosos que está disponible en la agencia libre, lo tengo clarísimo: prefiero cien veces a Brett Favre a sus 46 tacos y después de cinco años retirado. Y estoy seguro de que lo haría mejor.
La historia estaba en mi cabeza calenturienta, y no pensaba sacarla a la luz para que nadie me tildara de loco. Sin embargo, en uno de los programas de Dan Patrick de esta semana, empezaron a debatir sobre el asunto, pasaron de un nombre a otro, se dieron un largo festín pensando que era el momento ideal para que Peyton Manning saliera del retiro (no son los primeros que lo dicen, ese ha sido un rumor que ha corrido desde el primer día), y por fin se rindieron a la evidencia con una unanimidad aplastante: el tipo era Favre.
Os confieso que no quepo en la camisa desde que lo escuché. No estoy tan loco. No soy el único convencido de que Favre debería celebrar su entrada en el Hall Of Fame volviendo a su último equipo, en el que reconquistó el corazón de todos los aficionados, que lo adoran como si hubiera jugado toda su carrera con los colores morados, y recuperara su récord de yardas totales de pase que le quitó Peyton in extremis, mientras se une a su amigo Peterson, y a una de las mejores plantillas de la NFL, para lanzarse a una de las hazañas más increíbles de la historia del deporte que cantarían durante años trovadores y bardos… si los Saints no se cruzan de por medio.
Sí, lo sé, es una tontería, y en el citado programa de radio como tal broma lo trataron, pero he estado a punto de mojar los pantalones solo soñando con que pudiera suceder algo así, y creo que vosotros también merecéis darle vueltas a la idea, mientras una sonrisa nace inevitablemente de vuestra boca.
¿Por qué, quién no ha soñado mil veces que le va a tocar el gordo de la lotería?