Los Pirates al abordaje de la Wild Card
La franquicia de Pittsburgh quiere estar presente, por cuarto año consecutivo, en el partido comodín en la Central de la Nacional.
Uno de los juguetes más icónico para los que pasamos la infancia en los años 80 y primeros de los 90 era el barco pirata de Playmobil. El anuncio de televisión tenía una sintonía cuya letra decía:” este no es un barco cualquiera, es el barco pirata más temido de esta era…” En la MLB, el barco pirata más temido atraca en Pittsburgh y navega por las aguas de la liga Nacional.
Los Pirates eran, para muchos, uno de los grandes favoritos para salir victorioso del clásico de otoño. Sin embargo, su rendimiento en la primera mitad de la temporada ha estado muy por debajo de las expectativas primaverales. A pesar de todo, han mostrado resistencia y nunca se han desconectado de la competición, lo que hace que hoy tengan opciones reales de jugar en octubre.
Una de las causas de la situación actual de la franquicia es la triste temporada del gran Andrew McCatchen. Él es sin duda el capitán del navío, la referencia que dirige el timón desde su puesto de mando en el centerfield, como atestiguan sus 5 selecciones para el partido de las estrellas, su guante de oro, sus cuatro bates de plata o su nombramiento como mejor jugador de la liga americana en 2013. Pero esta temporada, hasta el parón del All Star, ha estado tan discreto que algunos aficionados se han planteado si su pobre rendimiento en partidos nocturnos se debe a que el jugador está demorando en demasía una visita al oftalmólogo.
La irrupción de Josh Bell ha sido un rayo de luz que hace que poco a poco se abra la bruma que ha cubierto el PNC Park. Bell se ha convertido en el quinto jugador de la historia de la franquicia que en uno de sus diez primeros partidos alcanza base tres veces. El novato ha firmado unos guarismos en esos diez primeros partidos de 0.438 de media de bateo y 6 bases por bolas. Sus prestaciones han sorprendido hasta a su propio entrenador, que le ha definido como un jugador ya maduro para el ataque. Este refuerzo debe aportar solidez a un roster que cuenta con gente con muchas batallas a sus espaldas, como son el tercera base David Freese, el jardinero derecho Gregory Polanco o el leftfielder Starling Marte.
Aunque algunos pensaban que la temporada estaba perdida, los Pirates han comenzado a remontar superando incluso adversidades paranormales. En su visita a Milwaukee, han logrado romper la racha que llevaban de nueve derrotas seguidas en el Miller Park. Lo que para algunos era mera casualidad, para otros tenía una razón exotérica. Cada vez que iban a Millwaukee, los Pirates se hospedaban en el Hotel Pfister, famoso porque se dice que en él habitan fantasmas. De hecho, algún exjugador de los Pirates afirma haber visto un fantasma y pasar la noche en vela aterrorizado, por lo que no descansaban y perdían el partido. A esto hay que añadir que la victoria se logró gracias a un hit de McCutchen y la hinchada suspira porque sea una señal de que la gran estrella está de vuelta.
En Pittsburgh, ciudad siderúrgica por excelencia, están las factorías a pleno rendimiento fabricando espadas y garfios para sus piratas. El PNC Park situado a orillas del rió Allegheny, entre los puentes Roberto Clemente y Fort Duquesne, es además del escenario de gran parte de la trama de la película Jack Reacher, el puerto donde está atracado el galeón de los Pirates, listo para zarpar en octubre y la tripulación preparada para realizar el abordaje a los playoffs.