Keanu Neal se lesiona y los Atlanta Falcons tiemblan
La pretemporada está dejando muy malas sensaciones en la franquicia de Georgia, que afronta un año, a priori, muy complicado.
Keanu Neal, el rookie de primera ronda de los Atlanta Falcons, se lesionó en una rodilla ayer en el partido contra los Miami Dolphins y se perderá el próximo mes de competición, lo que significa que no estará, previsiblemente, en los dos primeros partidos de la temporada regular.
La noticia, en sí misma, no debería ser catastrófica. Ningún equipo con un mínimo de estabilidad y buen diseño debe depender de un rookie. Ni siquiera de su primera ronda. Sin duda, de los elegidos en los dos primeros días del draft se esperan muchas cosas y, en muchos casos, que sean estrellas en breve y grandes contribuidores al éxito general desde ya. Pero eso es una cosa y otra tener las esperanzas de una unidad en sus hombros.
El problema en Atlanta es que eso, exactamente, es lo que se estaba vendiendo: que Keanu Neal era la clase de safety moderno capaz de jugar en mitad del campo en una variedad de posiciones y con una agresividad y talento como para dar, de forma instantánea, otro nivel al grupo. Ya cuando fue seleccionado se convirtió en toda una sorpresa, pues era un jugador por debajo del radar, siendo generosos, en la mayoría de análisis de los muchachos de la universidad.
Los Falcons tienen motivos para estar preocupados en defensa. Con esta lesión más que perder a un jugador clave, que aún está por ver si lo es o no, que es un rookie, lo que pierden es la coartada del futuro inmediato.
El año pasado tenían una situación similar con Vic Beasley, el pass rusher que eligieron en primera ronda, y lo cierto es que el jugador está rindiendo muy por debajo de lo esperado. De hecho, no hay manera de que el pass rush, en general, meta miedo a los rivales. Y en la actual NFL, sin presión al QB estás muerto en defensa.
En ataque las cosas no pintan mejor. Matt Ryan muestra una tónica gris, apagada, que en nada recuerdan a un tipo que estaba llamado a dominar el pocket como los grandes. Y la alternancia en el backfield entre Tevin Coleman y Devonta Freeman no acaba de producir los resultados esperados.
Como en todos los demás casos, la pretemporada NFL hay que tomarla con precaución y sabiendo que no significa gran cosa. Pero, sobre todo en defensa, en Atlanta ya se ha cargado al jugador que más ilusión generaba, aunque fuese por ser un rookie sin probar, y ha demostrado que su primera ronda del año pasado sigue sin dominar. Mal asunto.