Previa de la temporada NFL-2016 de los Denver Broncos
Los Broncos ganaron la pasada Super Bowl gracias a su defensa y con un ataque lleno de interrogantes. Un año después, se repiten las virtudes pero se multiplican los problemas.
Otra vez con superdefensa, pero también sin quarterback
Paxton Lynch o Mark Sanchez. Esa es la cuestión. Intentar tener éxito con la filosofía corredora de Kubiak, mientras la grada suplica al cielo para que Sanchez se limite a no cometer errores, y evite autoplacajes, o apostar desde el primer día por un Lynch muy tiernecito, y arriesgarse a que termine quemado tras solo una temporada.
Mientras tanto, están obligados a encomendarse a su DEFENSA, con mayúsculas, pese a la marcha de Malik Jackson (DE) y Danny Trevathan (ILB), ambos decisivos la temporada pasada. En definitiva, soñar con que la misma fórmula de 2015, con un ataque funcional y una defensa infranqueable, lleve al equipo a ganar otra Super Bowl saltando la banca.
Sin embargo, el problema va más allá del agujero que el equipo pueda tener en la posición de quarterback. Sus problemas con el límite salarial han provocado que acometieran la agencia libre casi siempre a la defensiva. No solo por la pérdida de Osweiler, su teórico quarterback de futuro, por falta de dinero disponible para formalizar un contrato competitivo, sino porque eso les impidió ser agresivos a la hora de cubrir las carencias más urgentes. Todo lo que pudieron hacer antes de quedar exhaustos, y con los bolsillos vacíos, fue fichar a Okung y renovar a C.J. Anderson, lo que no es poco. De hecho, serán claves para que el ataque de los de Colorado sea capaz de poner en marcha el plan de su entrenador.
Ni siquiera el draft, marcado por la necesidad de elegir a Lynch en primera ronda, fue suficiente para tapar agujeros. La posición de quarterback sigue siendo una incógnita con mal pronóstico, la línea ofensiva se ha reforzado, pero quizá no suficiente, y aunque en defensa sigue intacta la columna vertebral, con Brandon Marshall, Demarcus Ware y Von Miller formando el mejor grupo de linebackers de la NFL actual, y TJ Ward, Chris Harris y Aqib Talib fabricando un cerrojo contra el pase, no será fácil que mantengan el mismo nivel sobrenatural.
Visto lo visto, es difícil descartar a los Broncos como aspirantes al anillo. Solo su carácter ganador ya sería capaz de abrir la puerta a postemporada. Una vez allí, ya se vio el año pasado que todo es posible, pero ahora mismo tienen demasiadas incógnitas como para imaginarles como equipo dominante.
Mientras no se demuestre lo contrario, y por mucho que parezca increíble cuando estamos hablando de los Broncos, ahora mismo no tienen quarterback... A pesar de que el año pasado revocaran una ley que parecía intocable, “para ganar la Super Bowl es necesario contar con un buen pasador”.
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Las tres claves del equipo por Pablo Fernández
1 La transición del quarterback es sin duda la gran incógnita de los Broncos en este año 2016. Se ha pasado de Manning-Osweiler a Sanchez-Lynch en cuestión de meses, una rara avis en un equipo que viene de ganar la Super Bowl. Una rápida adaptación del nuevo dúo será clave para que se siga considerando a los Broncos como un equipo aspirante a todo.
2 El nivel ha de subir alrededor del nuevo Quarterback, especialmente de mano de la línea ofensiva y de Demaryius Thomas. Los primeros, no encontraron la química necesaria durante la pasada temporada y no era raro ver un cinco titular diferente cada semana. Thomas, por otra parte, tuvo un año repleto de drops y un papel para olvidar en la postemporada.
3 Es difícil e injusto pedirle a la defensa de Denver que mantenga el nivel de la pasada temporada, pero si quieren volver a repetir el éxito de la pasada temporada deben de volver a moverse en la excelencia defensiva que por momentos llegaron a alcanzar en 2015. Mención especial a Von Miller, que dominó la competición de manera insultante durante los Play Offs.