James Shields muta de lo caótico a pitcher confiable
El lanzador de Medias Blancas le ha dado un giro positivo a la que era su peor temporada de su carrera y podría ser clave en reacción patipálida.
La transformación que ha sufrido James Shields en el último mes, al menos, debe tener a más de un gerente general pensativo de cara a la fecha límite de cambios en las Mayores.
Tras un inicio desastroso de temporada y tras el que los malos resultados recrudecieron en Chicago tras ser canjeado de los Padres de San Diego a Medias Blancas, Shields ha compuesto el camino en la que, estadísticamente, se perfila para ser la peor temporada de su carrera en Grandes Ligas.
Al menos los patipálidos pueden estar tranquilos de que tener a Shields en la loma no significa una derrota automática, luego de que el lanzador perdió tres de sus primeras cuatro salidas con Medias Blancas.
En sus últimas seis aperturas, Shields ha lucido cómodo en el montículo y dominante en varios juegos, el más reciente, el pasado martes, cuando limitó a cuatro hits a Cachorros en siete entradas y dos tercios de labor para ayudar a Medias Blancas a blanquear 3-0 a sus vecinos.
El desempeño que tiene desde hace un mes contrasta con el que tuvo con los Padres y en sus primeros duelos como abridor en Chicago.
Al inicio de la actual campaña, Shields perdió cuatro de sus primeras cinco salidas y en general, estuvo lejos de parecer siquiera el lanzador que ayudó a los Reales de Kansas City a llegar a la Serie Mundial en 2014.
Cuando dejó la ciudad fronteriza de San Diego, Shields tenía efectividad de 6.22 y su promedio de ponches por cada nueve entradas era de 7.6 y el de base por bolas de 3.6 y más que una solución, parecía que los Medias Blancas habían adquirido un problema.
De sus primeras cuatro aperturas con Chicago, Shields perdió dos y se fue sin decisión en las otras dos y en ese lapso, su promedio de carreras limpias se fue a las nubes con un registro de 15.80, con un total de cinco jonrones permitidos y un rango de ponches por cada nueve innings de 5.4 y de pasaportes de 8.9.
Sin embargo, lo que sea que le hayan indicado y el ajuste que hizo parecen haber funcionado para Shields, quien ha ganado tres de sus últimas seis decisiones con tres derrotas.
En estas últimas seis salidas, la efectividad de Shields cayó en picado a un respetable 1.71 con sólo seis cuadrangulares y aunque su promedio de chocolates por cada nueve entradas bajó a 4.5, el lanzador patipálido ha disminuido sus regalos a los bateadores al promediar sólo 2.6 bases por bolas por cada nueve innings.
Durante su transformación, Shields ha mantenido a raya a los rivales o al alcance de su ofensiva, que en las últimas tres derrotas del lanzador sólo ha podido anotar una carrera, por lo que Shields parece haber dejado de ser un problema para Medias Blancas.
Si los patipálidos están convencidos de que pueden reaccionar y buscar colarse a Playoffs, Shields les será de mucha ayuda. De lo contrario, el lanzador podría serle muy útil a otra novena en posición de jugar en octubre.