Así son las tripas de los San Diego Chargers
Los mejores años de Rivers se están agotando y la sombra del cambio de ciudad hacen que las relación con el público estén de capa caída.
LA ESENCIA DE LA FRANQUICIA: El único equipo del sur de california
Durante varias décadas, los San Diego Chargers presumieron de ser el único equipo del Sur de California. Cuando los Rams y los Raiders dejaron Los Angeles, los Chargers sintieron que dominaban toda esa zona de los Estados Unidos. Pero lo cierto es que eso se acabó este año con el retorno de los Rams a la gran urbe californiana, la segunda en importancia de los mercados estadounidenses. Además, ese movimiento es clave para entender el presente y el futuro de los Chargers. La decisión de la NFL de permitir a los Rams moverse dejó en tierra de nadie a los Chargers, que querían esa prioridad para ellos. Ahora mismo tienen este año para llegar a un acuerdo con San Diego o, de lo contrario, tienen el permiso de la liga para irse a Los Angeles con los Rams.
Su gran leyenda: Junior Seau
El jugador defensivo del año en 1992 pasó los primeros doce años de su carrera con los Chargers, y se erigió como el mejor jugador de la historia de la franquicia. Su trágica muerte elevó el debate sobre las conmociones cerebrales a otro nivel.
Su mejor momento
(Por Raul Cancio) La ciudad de San Diego, no los Chargers ni los Padres, lleva la friolera de 53 años sin celebrar un solo título a nivel profesional. Consecuentemente, el hito más importante de los Chargers sigue siendo su victoria de 1963 en el AFL Championship Game, en el que pulverizaron a los Patriots por 51 a 10. Lamentablemente, cada vez son menos los que recuerdan la impresionante actuación de Keith Lincoln, 206 yardas de carrera, 123 de recepción y 2 touchdowns…¡Ánimo, Chargers. Escapa de tu interminable drought!
PROPIETARIO: Alex G. Spanos **
Spanos, un tipo querido y respetado en el mundo de los propietarios de la NFL, vio como sus compañeros olvidaban todo eso en favor del dinero y le dejaban tirado en la batalla de Los Angeles.
GENERAL MANAGER: Tom Telesco *
El más joven de los general managers que han tenido los Chargers, cuarenta años cuando cogió el puesto en el 2013, ha estado lejos de conseguir devolver al equipo a territorio playoff. De hecho, en cada temporada parece haberse alejado un poco más de ello. Esta plantilla ha sido confeccionada sin una dirección clara y ha dejado a expensas del viento a su mejor jugador, Phillip Rivers, que ve como sus últimos años de plenitud física y mental se escapan en medio de grupos que son incapaces de tener la más mínima opción ya no de pelear por el título, por Dios, sino de estar a la altura de sus rivales de división. Telesco ha tomado decisiones controvertidas, y ha enfadado a la masa social con, por ejemplo, el trato a Eric Weddle. No, no merece aplausos de momento.
ENTRENADOR: Mike Mccoy *
Es una gran sorpresa que Mike McCoy siga entrenando a los San Diego Chargers. No sólo porque la paciencia en la NFL no es lo que era, y que tras tres malas campañas tu trasero está en la calle sí o sí. De hecho, eso ha sido así toda la vida. Y más cuando los tres años no sólo han sido malos, sino que han ido a peor en cada campaña. Eso es completamente imperdonable. Únicamente el hecho de que el club está mucho más preocupado de conseguir dinero público para quedarse en San Diego, o para irse a Los Angeles al megaestadio de los Rams en un par de años, que de cualquier cosa que pase en el campo le permite seguir en su puesto de trabajo. Pero ya es hora de demostrar algo. Lo que sea. Ya no ganar, sino infundir un poco de espíritu y la sensación de que se avanza hacia algún lado. La fe con McCoy es escasa, pero es que ha dado poquitas señales para confiar en él.
ESTADIO: Qualcomm Stadium, un lastre que pesa mucho
El Qualcomm Stadium, viejo venerable pero también un cascarrabias insoportable, es la mayor causa de dolor de cabeza entre los aficionados de los Chargers y, huelga decirlo, Spanos y su familia. Porque no parece que haya mal rollo, en absoluto, entre propietario y seguidores, pero es muy difícil rechazar ofertas de dinero ‘gratis’ para construir un nuevo estadio en otras partes de Estados Unidos mientras que para quedarse en San Diego los esfuerzos han de ser mayores. Porque lo que es seguro es que los Chargers no pueden seguir jugando en un estadio abandonado y dejado de la mano de Dios de 1967.
AFICIÓN **
Nunca ha sido la más ruidosa o personal, pero se están volcando en buscar soluciones para mantener a su equipo en la ciudad.
CHEERLEADERS ****
Como suele pasar en la costa Oeste norteamericana, al menos donde el sol es abundante, las cheerleaders destacan sobre las demás.