"Hortelano es el velocista que siempre había deseado España"

Los Europeos de Amsterdam han destapado una nueva generación de atletas españoles como Bustos, Abadía, Sergio Fernández y la joya de oro... Bruno Hortelano, el flamante campeón continental de 200 metros. “Tenemos ahora el velocista que siempre habíamos dicho que había en otros países de Europa. Siempre decíamos que a ver si llegaba alguien así. Pues aquí está, Bruno Hortelano”, cuenta Antonio Sánchez, responsable de velocidad de la Federación Española, sobre el nuevo prodigio de 24 años, nacido en Australia.

“La progresión deportiva de Bruno ha sido tranquila, relajada. Se desarrolló tarde. Hasta que llegó a la Universidad de Cornell no hizo pesas. Allí fue mejorando, transformando la fuerza en potencia y después en velocidad. Siempre escuchó a su cuerpo. No es un velocista musculoso. Tampoco lo es Kim Collins. Las fibras rápidas las ha heredado de su madre, aunque ella nunca corrió”, cuenta Gonzalo Hortelano, científico bilbaíno, ciudadano del mundo (vive entre Astana y Toronto). Es el padre del artista, que ve “un antes y un después” en la carrera de su hijo en el último mes, en el que ha batido los dos récords de España en velocidad (el de 100 en Madrid y el de 200 en Amsterdam).

Con sus 10.06 en el hectómetro sería el 29º del ránking mundial (a tres por país) y con el 20.39 en 200 sería el 34º. A priori, no parecen cifras halagüenas de cara a los Juegos de Río. Pero es engañoso. En Londres se pasó a la final con 10.02 y 20.37 y, además, Bruno tiene un gran margen de mejora en sus marcas. Sobre todo en el doble hectómetro, en el que se vislumbra un gran registro de futuro en vista de las condiciones en las que hizo su récord de España de 20.39 en Amsterdam: con frío y viento en contra de -1.1. “Con un buen día, competencia adecuada, calor, pista rápida y viento bueno, puede mejorar mucho, incluso bajar de 10 y 20. Para ello se está preparando”, cuenta el padre.

Sánchez también ve clara la rebaja: “¿Bajar de 20 segundos? Sí lo veo posible. Creo que puede romper esa barrera. Bruno aguanta muy bien y tiene buenos metros finales. En el 100 bajar de 10.00 me parecen palabras mayores”. Sólo un blanco en la historia, Lemaitre, ha roto la barrera de 10.

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La de los 20 en 200 sí la rebasaron Mennea (19.72), Lemaitre (19.80), Kenteris (19.85), el polaco Urbas (19.99) y Guliyev (19.88), el turco de Azerbaiyán, al que ganó Hortelano en el doble hectómetro de Amsterdam. Por marca, Guliyev le sacaba medio segundo. A la hora de la verdad quedó a seis centésimas de Hortelano. “En las carreras importantes Bruno se crece. Es uno de sus puntos fuertes. No se aplasta ante la presión, sino que se motiva”, relata Gonzalo, que explica la mentalidad que inculcó a sus dos hijos: “Si crees que no vas a ganar, seguro que no pasa. Bruno en las dos finales de Amsterdam estaba seguro de que ganaría. Iba superpreparado a nivel mental”.

Esa mentalidad la adquirió en su paso por Cornell, en Ithaca (Nueva York), la cuarta universidad de EE UU a nivel académico, en la que Bruno se licenció en Ingeniería Biomédica y desplegó sus capacidades deportivas. El padre cuenta cómo fue: “Nos daba miedo que fuera allí, porque ese sistema tiene una competencia muy fuerte. Todos son muy rápidos. Pero allí le han enseñado a mantener la concentración, que cada carrera es importante”. Bruno acabó sus estudios en 2014, pero siguió viviendo en el campus de Cornell (donde tiene la bandera de España en su habitación) puliendo técnica y fuerza con su técnico Adrian Durant, un exvelocista de las Islas Vírgenes.

Hortelano dijo que “este Europeo era un paso intermedio para los Juegos Olímpicos”. Allí se encontrará con Bolt, Gatlin y todos los americanos y caribeños. Por marcas son mejores... por ahora. En la pista ya se verá. “En Brasil nos podemos llevar una gran alegría con Bruno. Puede estar en la final de 200. Sería la repera”, sentencia Sánchez. Ojo a Río, que llega Hortelano.