Así son las tripas de los Detroit Lions

LA ESENCIA DE LA FRANQUICIA: Reconstruyéndose desde 1957

El puesto de grandes perdedores de la historia de la NFL está muy disputado. Depende del enfoque que se le dé, si es contando sólo desde la era Super Bowl, si es por traslados y decepciones, si es por ausencia de triunfos absolutos, los resultados pueden variar. Pero resulta muy complicado quitarle el título supremo a los Detroit Lions. Porque existiendo desde 1930, encuadrados en una de las divisiones, la NFC Norte, más clásicas y poderosas de la liga, y que sólo hayan sumado cuatro trinufos totales, el último de los cuales data de 1957, es como para echarse a llorar. Es más, en la era Super Bowl ni siquiera han llegado a jugar el gran partido ni una sola vez. Es por eso que muchas veces se hace la broma de que llevan en reconstrucción desde el año 1957. 

Su gran leyenda: Barry Sanders

¿Qué decir de Barry Sanders más allá de que, probablemente, fue el mejor jugador de su época y quedó opacado por un equipo que nunca estuvo a su altura? No es de extrañar que se retirara un día cualquiera, casi sin avisar a nadie, y por sorpresa. 

Su mejor momento

PROPIETARIO: Martha Firestone Ford ****

Doña Martha ha cogido las riendas del equipo tras el fallecimiento de su marido y se ha hartado de ver perder a la franquicia. Sus declaraciones y actitudes han caído como maná en la afición de Detroit. 

GENERAL MANAGER: Bob Quinn **

La primera gran decisión en esta nueva actitud que Martha Firestone Ford ha querido infundir a los Detroit Lions fue la de encontrar un general manager estrella. Se lanzó de cabeza a por Bob Quinn, conocido en los círculos de la liga por su gran trabajo con los New England Patriots. Ha de saber, y seguro que lo hace, que ya no serán tolerables resultados mediocres como se han acostumbrado a sufrir en Detroit desde que el mundo es mundo. De entrada, Quinn ha tenido que lidiar con la retirada de Calvin Johnson, algo que ha solventado entrando a saco en la agencia libre, y con la decisión de mantener, o no, a Jim Caldwell. Durante mucho tiempo pareció que la cabeza del entrenador jefe estaba sentenciada pero, no, tras mucho pensarlo se lo quedó. 

ENTRENADOR: Jim Caldwell **

He aquí a un hombre prudente que sintió que la nueva dirección del equipo iba a decirle que cogiera toda su prudencia y sapiencia y fuera a disfrutarlo a algún otro lado. Ni las delcaraciones de la dueña, queriendo un cambio radical de actitud y filosofía, ni el perfil del nuevo general manager, gente que suele llegar a las franquicias con la intención de poner de entrenador a alguien de su propia cuerda. Pues algo pasó en todo ese proceso que Caldwell fue capaz de convencer a Bob Quinn de que era capaz de coger a esta plantilla y hacerla jugar con más alegría y con más empuje. Tiene que hacerlo porque no va a tener más oportunidades. Como suele pasar con los entrenadores de este perfil, se puede confiar en ellos para dar estabilidad y cimentar a un grupo, pero resulta más complicado imaginarles metiendo una marcha más para aspirar a cosas grandes. 

ESTADIO: Ford Field ****

Detroit es una ciudad en serios problemas económicos. Eso no es ninguna noticia nueva. Incrustados en la industria clásica norteamericana, unidos de forma indefectible a las factorías de automóviles, se hundieron con la vieja economía y aún no han levantado cabeza. Si es que lo hacen alguna vez. Pero una de las pocas cosas positivas de los últimos tiempos fue el devolver a los Lions al centro de la ciudad. La franquicia jugaba en las afueras y cuando se decidió a construir un nuevo estadio, el Ford Field, se entendió que era importante que funcionase como un imán para el meollo del lugar. 

AFICIÓN ***

Hay que darles abrazos fuertes porque llevan sufriendo a su equipo desde que nacieron y no parece que lo vayan a abandonar. 

CHEERLEADERS

Los equipos antiguos, y los Lions a fe que lo son, no suelen perder el tiempo con cheerleaders. En Detroit no tienen.