Baltimore Ravens encantados con el acuerdo Titans-Rams
Cuantos más QBs sean escogidos antes de su elección, más posibilidades de asegurarse alguna de las joyas defensivas del draft.
El cuervo es un ave omnívora y oportunista. No lo digo yo, lo dice la naturaleza. Casi todo le vale, y aprovecha lo que desechan los demás. Su reflejo en la NFL, los Ravens, adoptan similar estrategia en el draft. Esperar pacientemente a que los depredadores que elijen por delante se despedacen entre sí, para luego recoger esa sabrosa pieza que han dejado escapar. Dominan como nadie el arte de no perder los nervios, para año tras año, regresar del draft con un sustancioso botín. Newsome, el manager general, es un astuto cuervo de pico retorcido.
El acuerdo entre Titans y Rams para conseguir estos últimos la primera elección en el próximo draft llegó como un tsunami, agitando aún más las nunca tranquilas aguas de la NFL. El impacto total de sus consecuencias en la ceremonia de reclutamiento está aún por evaluar. Un cataclismo que deja a su paso víctimas y beneficiados. Entre las primeras, los actuales QBs de los Rams, que ven peligrar su puesto de trabajo, y aquellas figuras en ciernes (no QBs) que optaban al pick#1. Entre los segundos, los dos quarterbacks favoritos en las quinielas (uno será el primero en ser nombrado y el otro sin duda subirá muchas posiciones) y por supuesto, todos los aficionados a esta competición (no directamente seguidores de los equipos implicados, que cada cual tendrá su versión de la maniobra), a quienes nos encantan este tipo de dramas.
Un movimiento de esta envergadura genera un efecto mariposa que va más allá de lo aparente. Una concatenación de acontecimientos que afecta a franquicias no involucradas en el mismo. Este draft trae 4 jugadores que sobresalen por encima del resto: el OT Tunsil, el DB Ramsey, el LB Jack y el DE Bosa. Cualquiera de este póker de ases le vendría de maravilla a la franquicia córvida. Mejor los defensas, pero el OT también. Sin embargo, para que alguno les llegue, necesitan que tanto Goff como Wentz sean elegidos entre los picks 1 al 5. De darse este escenario, la elección de Baltimore en el 6 será alguna de las anteriores. Del traspaso anterior podemos adivinar que uno lo hará, y hay muchas probabilidades de que el otro también.
Las previsiones para los primeros picks antes del citado acuerdo eran inusuales. Era muy extraño que ningún QB saliera escogido entre las 5 primeras elecciones. Desde 1994, año a partir del cual el draft presenta el formato actual de 7 rondas, solamente en 4 oportunidades (1996, 1997, 2000 y 2013) no se había producido este hecho. Sin embargo, los Ravens no se pusieron nerviosos. Esperaron, y parece que el destino ha vuelto a premiar su paciencia.
Que los Ravens escojan en una posición tal alta es tan raro como ver dimitir a un político. En sus 20 años de vida, solamente en 3 ocasiones han disfrutado de una elección más alta que la 6ª actual: en 1996 y 1997, sus dos primeros años de vida, y en 2000 cuando eligieron a un tal Ray Lewis. Es lo que supone ser un equipo altamente competitivo, que los picks de draft suelen tenerlos de la mitad de la ronda hacia abajo. Este año, por las singulares circunstancias de la temporada 2015, se encuentran en una situación en la que, sin haber perdido la vitola de favoritos, van a poder sumar a su plantilla jóvenes con mayor potencial que los habituales. Al no tener grandes necesidades, se podrán dedicar a su deporte favorito: sacar la caña de pescar y esperar a ver qué cae, que en este caso, será una pieza de valor equivalente a un “campanu”.
Puede ser el OT Tunsil para reemplazar a corto plazo en el LT a Monroe, quien no ha llegado a cuajar. Puede ser el DB Ramsey, con quien impulsar una secundaria que es la peor unidad del equipo. Puede ser el LB Jack, quien emparejado con Mosley puede formar un dúo histórico en el centro de la zaga córvida. O incluso Bosa como futuro relevo del veterano Suggs, ya sea de OLB si mantienen su tradicional defensa 3-4, o como DE y pieza angular de un cambio a 4-3.
Sin embargo, si el azar fuera esquivo y estos hubieran salido ya en el momento de su elección, se abriría el abanico de posibilidades. Mi apuesta sería por el DE Buckner, con quien fortalecer la línea defensiva, pero la opción del CB Hargreaves también tendría mucho sentido. Otra alternativa, como el OT Stanley también tendría cabida, pero se me antoja menos probable. Sobre todo, porque también estaría rondando la perspectiva de dar un golpe en la mesa de la división con la adquisición del RB Elliott, un jugador con aura de estrella en una posición donde el titular, Forsett, ya cuenta con 30 años. En definitiva, ya sea con el plan “A”, o con el plan “B”, Baltimore volverá a tener un equipo temible. Y sin necesidad de rocambolescas transacciones.