La Legion of Boom se reune: Browner vuelve a Seattle
La formación original de la tremenda secundaria de los Seattle Seahawks, clave para su actual época gloriosa, se junta con la vuelta del hijo pródigo.
Como cualquier banda legendaria, la Legion of Boom va a tener su gira de reunión. Brandon Browner ha fichado por los Seattle Seahawks en un contrato de un año.
Los Seahawks actuales son un equipo formidable. Fueron creados en base a una defensa dominante que ahogaba a los rivales partiendo de una secundaria que cerraba las vías de los receptores y convertía en un infierno la vida de los QBs de enfrente. Aquella unidad, que no sólo era dominante en el campo sino que mostraba formas de hablar, de actuar muy identificables, así como unos físicos casi de grupo de superhéroes fue bautizada como Legion of Boom.
Estos camaradas eran Richard Sherman, Earl Thomas, Kam Chancellor y Brandon Browner. El bocazas que cerraba media parte del campo, la hormiga atómica que estaba en todas las esquinas, el safety en cuerpo de linebacker que destrozaba la carrera rival con sus placajes y el tipo grande y seguro en el que confiar en los instantes decisivos.
Los tres primeros fueron las grandes estrellas, mimados por el equipo y con el cartel de intocables. Pero Browner no. Llegó su momento en la agencia libre y recibió una oferta mejor que la que le hicieron en casa. Es lógico. En la NFL no se puede retener a todo el mundo cuando el equipo rinde, porque el límite salarial es estricto. Los New England Patriots ofrecieron más dinero y allá que se fue.
No fue sólo cuestión de dinero. Browner estaba en plantilla que ganó la Super Bowl XLVIII, en la temporada 2013, pero estaba sancionado por uso de sustancias prohibidas y no fue parte de los hombres que arrasaron a los Denver Broncos en el campo. Eso también hizo ver que era prescindible en Seattle.
En New England su historia no paró de mejorar. Ese año se encargó, con la ayuda de Devin McCourty, de cubrir, normalmente, al mejor receptor del equipo rival mientras que su compañero Darrelle Revis anulaba la segunda opción de los enemigos. Esa combinación táctica fue una de las claves para dar la Super Bowl XLIX a sus Patriots. De hecho, la archiconocida jugada final en la que Malcolm Butler intercepta a Russell Wilson comienza con un tremendo bloqueo de Browner que libera a su compañero.
El caso es que tras ganar la Super Bowl, de nuevo, salió al mercado, de nuevo, y otro equipo pagó bien por sus servicios, de nuevo. En esta ocasión los New Orleans Saints. Allí tuvo un año terrible. Toda la defensa lo tuvo, pero él era de los mejores pagados y debía ser uno de los líderes. Por supuesto, y con justicia, fue señalado como uno de los culpables de la situación y fue cortado.
En Seattle mientras tanto, habían ido remendando su posición. Primero con Byron Maxwell, hoy en Miami, y luego con Jeremy Lane, pero nunca encontraron el nivel supremo que tuvieron como unidad cuando Browner estuvo con ellos.
Este fichaje suena a gloria, pues, por lo que tiene de nostalgia y de ideal, de reunir a la vieja pandilla para volver a reinar. No suele ser la mejor de las ideas porque no sólo está aquello de que segundas partes nunca fueron buenas sino que el recuerdo de la versión original hace que las expectativas sean irreales con respecto al verdadero nivel del actual Browner. Sin embargo, y hasta que en el campo veamos lo que sucede o no, podemos dejar volar la imaginación y soñar con que la Legion of Boom. Es un sueño con golpes, placajes, intercepciones, malos humos, encaramientos y sacks. Es un sueño precioso.