El arte de anotar partidos

Una nueva temporada monumental de béisbol con sus 2430 partidos se asoma en el horizonte. Son muchos partidos, sí. Cada uno con una duración media superior a las tres horas. Reconozco que alguna vez me he distraído viendo un partido. Todo eso cambió cuando aprendí el noble arte de anotar partidos, algo que se puede hacer desde el estadio, viendo el partido por la televisión o incluso escuchándolo por la radio.

Anotar el partido ('keeping score' en inglés) es "todo un arte", según me dijo un aficionado veterano de pelo blanco en el Jackie Robinson Stadium de UCLA. Allí acudí un par de veces para presenciar béisbol universitario antes del inicio de las Grandes Ligas. Allí me uní a un grupo de tres abuelos aficionados a los Bruins que se juntaban con papel y lápiz (o bolígrafo) para dejar por escrito lo que sucedía en el juego. El del pelo blanco dijo que lo hacía por afición, pero su amigo el asiático, por su parte, reconoció que lo hacía porque su memoria ya no da para tanto. En fin, hay quien pasa la jubilación jugando al dominó o en el balneario. Cada uno tiene sus hobbies.

Y cada uno tiene una forma de anotar los partidos. Se pueden anotar sobre un cuaderno o libreta diseñado para tal uso, o en una simple hoja de papel. También hay aplicaciones para teléfonos y tabletas. La mecánica es muy sencilla: se registra lo que sucede al final de cada turno al bate de todos los jugadores y durante cada entrada. Aunque hay mil maneras de registrar cada jugada, el código tiene ciertas normas universales, que se le atribuyen a Henry Chadwick, un periodista que murió en 1908 y es considerado uno de los padres de este deporte. Siguiendo el estilo de Chadwick, cada strike out se registra como una K. Si, por ejemplo, el bateador es eliminado porque el exterior derecho atrapa la bola en el aire, se anota como F9. Si la pelota le llega al segunda base y este la manda a primera y se produce la eliminación, se apunta como 4-3.

Cada jugador tiene un numero asignado, según su posición. El pitcher es el 1, el receptor el 2; los infielders llevan el 3 (primera base), el 4 (segunda), 5 (tercera) y 6 (shortstop). Los exteriores llevan el 7, el 8 y el 9 de izquierda a derecha. Ya está. No hay más complicaciones que las que uno quiera añadir, en función de cuánto detalle quiera dejar reflejado sobre el papel.

Anotar los partidos es un juego más dentro del béisbol. Entiendo que alguno le guardará rencor a las actividades de los cuadernos Santillana, pero esto es distinto. Es como resolver un sudoku o rellenar un crucigrama en tiempo real. Un pasatiempo más y una manera de engancharse a un partido de béisbol, porque estás pendiente de absolutamente todas las jugadas y no quieres dejar ninguna casilla en blanco en tu hoja. Y lo mejor es que cualquier día puedes rememorar el partido, jugada a jugada, según lo anotaste.

Así, cualquier partido de más de tres horas se pasa en un suspiro.