El 'Opening Day' marca el inicio de la campaña en el béisbol

Aunque el deporte número uno en Estados Unidos se disputa en un emparrillado de cien yardas, el béisbol está tan incrustado en la cultura norteamericana que si se hiciera un estudio de ADN de los estadounidenses, se podría observar que las bases nitrogenadas que lo componen están unidas por bates béisbol en vez de por enlaces de puente de hidrógeno. Y aunque el Spring Training ha aliviado el síndrome de abstinencia, queda muy lejos en la memoria aquel quinto partido en Citi Field que puso fin al 2015, los seguidores están de enhorabuena porque la nueva temporada ya está aquí. Atrás queda el crudo invierno con sus largas noches y sus cortos días y el sol empieza a calentar con la tibieza suficiente para derretir la nieve de los prados y que florezcan batazos, eliminaciones y carreras.

El día elegido para la puesta de largo en la corte de su majestad El Pasatiempo Nacional es el 4 de abril, aunque hay tres partidos que se van a disputar el día anterior y servirán como aperitivo. Los diamantes que se lucirán, inmaculados y perfectamente tallados, correrán a cargo de las franquicias que ejerzan de anfitriones. La hierba, cortada con precisión milimétrica, brillará como si fuese esmeralda. El rojo, el blanco y el azul dominarán en las gradas y los músicos de cámara, como si fuera un baile de palacio, interpretarán “La bandera tachonada de estrellas”. Los equipos vestirán sus mejores galas y ya están anunciando a los pitchers que abrirán el partido de tan señalado día.

Y es que en el Opening Day todo empieza de cero menos la ilusión que alcanza su máximo anual, ya que todos los hinchas están legitimados a soñar con que su equipo sea campeón. Por muchos o pocos refuerzos que haya hecho un equipo, sus aficionados sacan del armario sus impolutas gorras, camisetas y banderines para vestirlos durante los próximos seis meses con la esperanza de, este año si, no guardarlos en octubre.

Pero hay un sitio dónde el primer día de béisbol está marcado en el calendario y es mucho más que un partido, ese sitio es Cincinnati, Ohio. Como viene ocurriendo desde 1920, el Opening Day es especial porque ese día se celebra un desfile con carrozas y bandas de música incluidas, que parte del Findlay Market y tiñe del rojo de los Reds todo el recorrido. Además la ciudad tiene el día libre para llenar el Great American Ball Park y apoyar a los Reds, un privilegio del que disfrutan aquellos que son considerados el primer equipo profesional de toda la Unión.

Llega abril y con él la razón de ser de los fanáticos de este deporte, el comienzo de la temporada es el día de Acción de Gracias de los beisboleros, no por otra razón el lema de la MLB es “I live for this” (Yo vivo para esto), aunque para el tan deseado Opening Day la sintonía podría ser la elaborada por Tim Mayers para un anuncio de la NBA “This is the moment “(Éste es el momento).

Estamos a punto de abrir un libro que consta de 162 páginas y un epílogo fascinante que formará parte de la historia de este deporte. Lo maravilloso es que todas las hojas están en blanco y vamos a ser testigos de cómo se van redactando, con héroes que renacen de sus cenizas, personajes que reclaman protagonismo cuando nadie lo esperaba y fracasos inesperados. Lo único que tenemos claro es que al igual que Gollum, todos quieren el anillo.