¿Se ha abierto una brecha entre Arizona y Seattle?
En el inicio de la agencia libre un equipo ha apostado fuerte mientras que el otro ha intentado minimizar pérdidas. Analizamos las consecuencias.
La pasada temporada se produjo un cambio en lo más alto de la división oeste de la Conferencia Nacional. Tras dos campañas reinando, no sólo en el grupo sino en toda la NFC, los Seattle Seahawks se vieron obligados a dejar paso a los Arizona Cardinals. El equipo de Bruce Arians llegó más mentalizado que el de Pete Carroll al inicio liguero y eso se notó durante los meses de septiembre y octubre. Sin embargo, fiel a su espíritu competitivo, Seattle no arrojó la toalla y después de una dolorosa derrota ante los Cardinals en casa entró en una racha que le llevó a ganar seis de siete partidos para clasificarse para los playoffs.
Aunque bien puede decirse que a nivel global la temporada regular de Arizona fue muy superior, lo cierto es que una vez llegó la post-temporada los dos equipos parecían muy equilibrados e incluso un tercer enfrentamiento con la Super Bowl en juego no se descartaba. Al final, ambos acabaron siendo víctimas de los Carolina Panthers y tuvieron que hacer las maletas antes de lo deseado.
Desde que se produjeron sendas derrotas Arizona Cardinals y Seattle Seahawks han estado trabajando con la vista puesta en el futuro. La diferencia es que uno lo está haciendo de cara al futuro más próximo, es decir, la temporada 2016, mientras que el otro se está limitando a ejecutar el plan que lleva realizando en los últimos años.
Pensando sólo en lo que se nos avecina en unos meses, da la sensación que los Cardinals pueden ser tan potentes o más que en 2015 y que Seattle pudiera tenerlo difícil para recuperar su cetro en la NFC Oeste. Repasemos los movimientos de ambos conjuntos en la agencia libre hasta ahora.
suman con las incorporaciones de Tyvon Branch, Chandler Jones y Evan Mathis más las renovaciones de Drew Stanton y Chris Johnson; restan con las salidas de Bobby Massie, Jonathan Cooper y Rashad Johnson.
suman la única incorporación de J’Marcus Webb unida a las renovaciones de Jermaine Kearse, Jeremy Lane y Jon Ryan; mientras que por la otra puerta se han ido J.R. Sweezy, Brandon Mebane, Bruce Irvin y Russell Okung.
Después de estos movimientos Arizona mantiene prácticamente intacta su poderosa ofensiva. Mathis, aunque veterano, supone una mejora al decepcionante Cooper. La salida de Massie se debe ver reemplazada por D.J. Humphries, un novato de 1ª ronda del año pasado con mucho potencial que básicamente hizo una campaña de “redshirt”. La llegada de Chandler Jones, aunque sea sólo con contrato para esta temporada, le inyecta vida donde más lo necesitaba la defensa, en el pass-rush. Tyvon Branch compensa la baja de Rashad Johnson y es un jugador que podría encajar mejor incluso en el sistema.
En el otro lado los Seahawks no han apagado las alarmas que ya se cernían sobre su línea ofensiva. Sweezy se ha marchado lógicamente porque ha recibido una locura de $ por parte de los Buccaneers, pero el “cambio” Webb-Okung no parece que tranquilice a nadie de la afición de Seattle. En principio sólo el center Patrick Lewis, lejos de ser alguien de nivel de Pro Bowl, repetiría como titular en su misma posición del año pasado en esa línea de ataque. Malas noticias para Russell Wilson que además sabe que no volverá a contar con Marshawn Lynch a su lado, algo a lo que eso sí ya se fue acostumbrando durante la mayor parte de 2015. En defensa las marchas de Mebane e Irvin pueden pesar, máxime porque de momento sus reemplazos actuales (Jordan Hill y Mike Morgan) no parecen relevos de la misma categoría.
La agencia libre no es sólo el único terreno en el que Arizona ha tenido mejores noticias, repito, a corto plazo. Las dos grandes estrellas que vienen de graves lesiones, Tyrann Mathieu y Jimmy Graham,llevan caminos distintos en sus recuperaciones. Mientras a Mathieu ya se le ha visto corriendo y con muchas expectativas para regresar cerca de su tope; de Graham los rumores apuntan a que podría perderse el inicio de la temporada.
El plano que sí favorece a Seattle reside en el factor mental. A los Seahawks les pesó claramente la “resaca del perdedor de la Super Bowl” el año pasado, demasiadas distracciones contractuales y psicológicas (Carroll nunca pudo dejar de dar explicaciones por la jugada final ante New England) otorgaron una ventaja inicial en la clasificación a Arizona con la que no debería contar de cara a la próxima campaña. La “off-season” de Seattle ha vuelto a ser tan tranquila como la era habitualmente por allí, al tiempo que los Cardinals van a generar más atención mediática con estos movimientos tan pensados para rendir este año.
El primer asalto de 2016 lo han ganado los Cardinals, pero sabemos de sobra que nada cuenta hasta que se produce el kickoff inicial en septiembre. ¿Quién reinará en la división?