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Desde el bullpen

Danny Ainge, el deportista total que eligió su camino

Entre todos aquellos superdotados que han tenido cualidades para destacar en más de un deporte, emerge sobre todos la figura de Danny Ainge.

Danny Ainge,fue jugador de los Toronto Blue Jays, desde 1979 hasta 1981, y después sería integrante de los Boston Celtics de la NBA.
Getty Images

Para todos aquellos que pasamos nuestra infancia o adolescencia en los años ochenta, Danny Ainge ha sido, es y será uno de aquel quinteto mágico de los Celtics compuesto por Dennis Johnson, Danny Ainge, Larry Bird, Kevin McHale y Robert Parish. Pero un vistazo al pasado de Ainge nos ofrece una imagen totalmente distinta.

Danny Ainge ha sido el único deportista de la historia en haber sido elegido en el primer equipo All American en football, baloncesto y béisbol. Tanto destacaba en el pasatiempo nacional que en 1977, con 18 años, fue seleccionado en la 15ª ronda del draft por los Toronto Blue Jays. Nada más recalar en Toronto fue enviado a la Triple A para formarse como jugador y, tras 500 apariciones en el plate, formó parte de un equipo de las grandes ligas en 1979. Lo curioso de su caso es que mientras golpeaba bolas rápidas y bolas curvas, jugaba al baloncesto, firmando unos números fabulosos, con la universidad de Brigham Young.

Pat Gillick, el manager general de los Azulejos, tenía planes para que Ainge se convirtiera en una referencia en la esquina caliente que es la tercera base. Sabedores en la gerencia de Toronto de su afición por el baloncesto, tenía en el contrato un bono extra de 300.000 dólares por no jugar al baloncesto profesional.

En 1981, Ainge fue nombrado jugador del año en la NCAA y sus actuaciones despertaron el interés del legendario Red Auerback que veía en el chico a un perfecto Celtic. Ese esplendor que emanaba cuando se encontraba en una cancha de baloncesto se apagaba en el diamante. Tras 419 turnos de bateo en tres temporadas, su media de bateo era de 0.239 cayendo a un pobre 0.187 el año 81. Viendo su rendimiento en ambos deportes, se convenció de que había firmado demasiado pronto por los Blue Jays y el 24 de septiembre de ese año 81 se retiró voluntariamente del béisbol. Tanto interés tenía por recalar en los Celtics que se ofreció a devolver integro el bono extra de su contrato.

Los Celtics, que no aceptan un no por respuesta, querían los derechos del jugador y argumentaban el desinterés en el béisbol de Ainge pero los Blue Jays, que habían escrito una carta a 23 franquicias de la NBA con el intento de disuadirles, mantenían que les pertenecían a ellos porque tenían un contrato firmado de tres años más de duración. Con este panorama, el caso fue a los tribunales. El jurado compuesto por 4 hombres y 2 mujeres de la Corte Federal del Distrito de Manhattan decidió por unanimidad que los canadienses tenían razón. A la salida del juzgado, el presidente de los Blue Jays, Peter Bavasi, se encendió un puro para burlarse de Auberback, ya que éste encendía un habano cada vez que lograba un anillo. A los de Boston no les quedó más remedio que rascarse el bolsillo para adquirir los derechos de Ainge. La cantidad exacta nunca se reconoció públicamente pero se especulaba con una cifra en torno al medio millón de dólares.

En el año 1981 comenzó un idilio de ocho años entre Ainge y los Celtics. Dos anillos de campeón y una participación en el partido de las estrellas demuestran que la decisión fue la correcta. Ainge tuvo una longeva carrera como jugador de baloncesto, permaneció catorce años en la NBA, y cuando se retiró volvió a la franquicia que peleó por él. Como Director Ejecutivo armó el equipo que conquistó el último anillo de los orgullosos verdes y fue galardonado como el ejecutivo del año en 2008. Desde su oficina del TD Garden trabaja cada día para mejorar a los Celtics sabiendo que acertó de pleno cuando eligió su camino.