Jim Harbaugh se divierte y ‘trabaja’ con los Tigres
El actual coach de futbol americano de los Wolverines de Michigan participó como coach de primera base de Detroit y ordenó un robo de segunda exitoso.
Jim Harbaugh parece haber dejado una buena impresión tras su debut en 2015 como coach de primera base, que los Tigres de Detroit decidieron darle la oportunidad de demostrar sus habilidades en 2016.
Es el inicio del calendario de juegos de pretemporada de las Mayores. Los managers y sus staffs de trabajo comienzan a hacer análisis más elaborados de sus novenas y los peloteros comienzan a entrar en ritmo de juego, pero los campamentos de primavera son también un muy buen pretexto para divertirse y convivir.
Harbaugh, actual entrenador en jefe de los Wolverines de la Universidad de Michigan, asistió al primer juego de pretemporada de Detroit para pasar un buen rato, pero la invitación que le extendió el manager de los Tigres, Brad Ausmus, fue para contagiar de su buen humor y así motivar a un equipo con las armas para hacer grandes cosas.
“(Harbaugh) tiene una personalidad carismática e inteligente que parece impactar positivamente, sobre todo, a los jóvenes”, dijo Ausmus antes del primer juego de Detroit de pretemporada y en el que los Tigres vencieron 10-3 a Pittsburgh.
Harbaugh, invitado para formar parte del staff de trabajo de Ausmus como coach de primera base ante los Piratas, dijo antes del partido sentirse menos nervioso que cuando hizo el lanzamiento de la primera bola antes de un duelo en el Comerica Park de Detroit en 2015.
“Espero tener oportunidad de mandar a un corredor (a robarse segunda) y hacerlo bien”, dijo Harbaugh, quien fue coach de los 49’s de San Francisco de la NFL de 2010 a 2014 y externó cuáles eran sus reales preocupaciones.
“Espero que no pongan out a ningún corredor en primera y en segundo lugar, que no me pegue alguna línea de foul”, agregó entre risas.
Harbaugh usó en el jersey el número 4 que vistió como jugador en la NFL y entregó las papeletas con el lineup de los Tigres a los ampayers, trabajó durante tres entradas, que es el máximo número de innings que las Grandes Ligas le permiten participar a un invitado en un juego de pretemporada, y nadie pegó una línea de foul hacia primera base.Y cuando vio la oportunidad, mandó al jardinero Tyler Collins a robarse la segunda almohadilla, a donde llegó safe para cumplir con uno de sus propósitos.
En 2015, Harbaugh fue invitado por los Atléticos de Oakland a su campo de entrenamiento y trabajó una entrada como coach de primera base. La experiencia parece haberle dado la experiencia suficiente para detectar el mejor momento para enviar a Collins a la intermedia.
A Harbaugh le gusta el beisbol y dos invitaciones consecutivas a campos de entrenamiento de las Grandes Ligas podrían crearle una nueva opción de trabajo si algún día decide retirarse del futbol americano.