Un Manning a la baja es suficiente para ganarlo todo
El impacto psicológico que provoca el QB de Denver al estar en el campo fue clave en la conquista de los Broncos de su tercer anillo de Súper Tazón.
Tomemos un minuto para alejarnos y admirar el significado que tiene la victoria de Denver en el Súper Tazón 50. Sin hacer mucho y siendo que su mejor momento del partido fue un pase para hacer buena una conversión de dos puntos, Peyton Manning es uno de los dos temas principales que acaparan el análisis del triunfo de los Broncos por 24-10 sobre las Panteras de Carolina en el Súper Tazón 50.
En otras circunstancias, el dominante y abrumador desempeño que ejercieron Von Miller y la defensiva de los Broncos sobre Cam Newton y compañía acapararía la atención y el papel del quarterback sería sólo una nota al calce –recuerden lo que pasó en el Súper Tazón XXXV con los Cuervos y Trent Dilfer.
Pero el pasador que sirvió de comparsa en el triunfo de Denver no es cualquiera. Es Peyton Manning y que su nombre destaque en la victoria de los Broncos en un Súper Tazón en el que su trabajo se redujo a no poner en riesgo el triunfo y en el que completó 13 de sólo 23 pases lanzados para 141 yardas, habla del tamaño que tiene su figura en la historia de la NFL.
Desde que retomó el puesto de titular en la Semana 17, en este espacio comentamos que Manning era la mejor opción para dirigir al ataque de los Broncos, no porque lo hiciera más potente, lo cual es ya casi imposible por la decadencia de su brazo, sino por la experiencia y liderazgo que su sola presencia ofrecía.
Que la primera jugada de Denver al ataque fuera un pase de Manning a Owen Daniels no fue casualidad sino un claro mensaje de que el pasador podría hacerle daño a la defensiva de Carolina en cualquier momento. Ahí se ganó la primera batalla psicológica. La defensiva de los Broncos ganaría la guerra más tarde.
En general, el ataque de Denver mostró el rostro que enseñó durante toda la campaña regular, con una línea frontal incapaz de abrirle espacios al juego terrestre y éste último ganando yardas más por empeño que por diseño.
Aún así, Manning fue capaz de guiar a su ataque a anotar 10 puntos. Sin ellos, el espectacular trabajo de su defensiva hubiera servido para poco de acuerdo a los puntos anotados por ambos equipos en la realidad.
Una versión en decadencia de Manning resultó ser suficiente para ayudar a Denver a ganar su tercer título del Súper Tazón y eso habla de forma clara del peso que este jugador tiene en la historia de la NFL.
EL SOMBRÍO E INMADURO CAM NEWTON
Una de las varias lecciones que deja el triunfo de Manning es la humildad con la que se juega un Súper Tazón, pero sobre todo, con la que se debe enfrentar la derrota.
Para cuando leas estas líneas, seguramente habrás visto el video de Cam Newton tras el Súper Tazón 50 y notado que la actitud del pasador y capitán de Carolina deja mucho que desear.
Con esto no quiero decir que Newton debió sonreír y actuar como lo hacía cuando las cosas le salían bien. Su molestia era comprensible, perdió el Súper Tazón, pero estos son los momentos en los que la actitud de un líder debe prevalecer.
Con todo y lo mal que puede caerle Tom Brady a mucha gente, las veces que ha perdido ha dado la cara y respondido a todo cuestionamiento que se le hace. Recuerden cómo se comportó Peyton Manning cuando Denver perdió apaleado por Seattle.
A Newton necesita madurar, y mucho, rápidamente, y una derrota en un Súper Tazón debe ayudarle en ese sentido. Su actitud infantil, haciendo muecas, con la capucha de su sudadera puesta y respondiendo a la mayoría de las preguntas que se le hicieron con monosílabos sólo le da armas a sus críticos.
Y lo peor, esa actitud da la sensación de que el famoso “Dab” que Newton patentó y la unión que las Panteras presumieron durante los Playoffs fueron gestos artificiales para maquillar divisiones en el equipo creadas por la arrogancia de su líder.
De alguna forma, T.J. Ward, safety de los Broncos, resumió con una frase contundente el panorama que se vivió antes, durante y después del Súper Tazón 50: “Ellos (las Panteras) querían ser famosos. Nosotros queríamos ser campeones”.
ANTES DE CONCLUIR…
No puedo despedir la última REPETICIÓN INSTANTÁNEA de la temporada 2015 sin expresar el enorme honor que ha sido mi primera participación como colaborador de AS.
Ha sido un verdadero gusto escribir y analizar diferentes aspectos de la NFL y sus 32 equipos para ofrecerles a ustedes, los lectores y aficionados, otra óptica de lo que les y nos apasiona.
Recibo con mucha apertura sus críticas y comentarios pues estoy convencido de que la retroalimentación ayuda a mejorar el trabajo de todos en cualquier ámbito.
En este espacio es mi deseo agradecer a Mariano Tovar por la confianza depositada en un servidor, así como a Fernando Kallás y Pepe Rodríguez. Su pasión por la NFL es contagiosa.
De la misma forma agradezco a Alejandro Gómez, director de AS México y AS USA, y de Tomás de Cos, subdirector de Diario AS en Madrid, por el apoyo y confianza.
Y PARA TERMINAR…
El plan de juego de la defensiva de los Broncos contra Cam Newton tenía un objetivo claro: obligar al pasador de las Panteras a vencerla con su brazo.
El plan dio dividendos desde temprano a tal grado de Newton se convirtió en el segundo quarterback que más veces ha sido presionado en un Súper Tazón, con 21 jugadas en las que fue apresurado, golpeado o capturado.
Esas 21 jugadas representan casi el 44.7 por ciento de las jugadas de pase que Carolina empleó en el duelo ante Denver.