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New Orleans Saints 38 – Jacksonville Jaguars 27

Drew Brees se despide de Nueva Orleans con un festival aéreo

El quarterback de los Saints lanzó 412 yardas de pase y tres touchdowns en otro de los duelos de pistoleros que le han convertido en mito de la NFL.

Actualizado a
Drew Brees ya ha puesto el ojo en el punto exacto en el que podrá la bola.
Derick E. HingleUSA Today Sports

Lo Saints de Brees y Payton son un desmadre ofensivo. Lo llevan siendo años y es parte de su esencia. Mola. Los Jaguars son un desmadre en general. Un puñetero despelote. Y no mola tanto. Cuando dos desmadres colisionan se produce un desmadre perfecto. Y no se me ocurre ninguna manera mejor de que Brees y Payton terminen una temporada como locales en Nueva Orleans. O incluso el último del quarterback… y quizá del entrenador principal. Será muy difícil que Brees siga en el equipo salvo si consiente una gran reestructuración, y aunque Payton dice que va a seguir en la banda, media liga está pendiente de que cambie de opinión.

Como suele pasar en los desmadres perfectos de estos Saints, y de este Brees que esta NFL echará mucho de menos cuando falte, los de la flor de lis tuvieron diez series ofensivas en el partido: cinco touchdowns, un field goal, dos field goals bloqueados y un punt. Sí, despejaron una vez, para que no se diga. La última, la décima, no cuenta. Que lo de echar rodilla en tierra se considera un punto y final adelantado. 412 yardas y tres touchdowns del maestro Drew. Homenaje a lo bestia, como solo sabe hacerlo en pequeño quarterback más grande.

Los Jaguars, convidados de piedra, empezaron el partido con opciones remotas de clasificarse para playoffs, pero independientemente de su derrota, que estaba certificada mediado el segundo cuatro, cuando ya perdían 24-0 arrollados por la marea dorada, Houston y Colts por su parte arrojaban paladas de tierra sobre su tumba sin parar. Por eso, a partir de un momento, rendidos a la evidencia, decidieron apuntarse al festival para entrar en un toma y daca de anotaciones, en un duelo que se jugó sin defensas sin que a nadie le importara.

Y Bortles, al que le gustan este tipo de fiestas más que comer con las manos, sin que parezca importarle el resultado final, no se privó de nada mientras firmaba 368 yardas totales, cuatro touchdowns y dos intercepciones.

El duelo aéreo fue sensacional, con un touchdown de Hoomanawanui (de 17 yardas) para empezar la fiesta, a la que se sumaron Cooks (de 71 yardas) y Cadet (de 44 yardas) para los Saints; y Lee (de 2 yardas), Hurns (de 6 yardas), Robinson (de 90 yardas) y otra vez Huns (de 20 yardas) para los Saints. Pero Tim Hightower se apuntó a la fiesta con dos touchdowns de carrera,122 yardas terrestres y 47 de pase en una actuación paranormal.

¿Y las defensas? Me diréis ¿qué defensas? Os respondo. ¿A quién le importan las defensas cuando los Saints están de por medio? Esa gentecilla extraña, en peligro de extinción en Louisiana, se tomó el día de vacaciones para presenciar el espectáculo desde primera línea.

Drew Brees enamoró al balón quizá por última vez en Nueva Orleans como local. Un día muy especial. Desmadre perfecto entre dos equipos desmadrados… pero nada de esto esconde que la temporada de unos y otros ha sido, por muy bien que nos lo hayan hecho pasar pasar, decepcionante.