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New York Jets 26 – New England Patriots 20

Los Jets ganan a los Patriots en la prórroga y siguen vivos

Un error de New England en la moneda al aire previa al tiempo extra le dio la posesión a los Jets, que ganaron gracias a un touchdown de Erik Decker.

Eric Decker celebra el touchdown de la victoria de los Jets en el tiempo extra contra los Patriots.
Ed MulhollandUSA Today Sports

Es complicado saber a qué jugaron los Patriots durante más de tres cuartos. Durante todo ese tiempo llegamos a dudar de que salieran en serio a ganar con todas sus fuerzas. Porque en ocasiones ganar no tiene por qué coincidir con llevarse la victoria. Que aunque pueda parecer que ambas cosas son lo mismo, no tiene por qué ser así.

Los Patriots parecieron llegar a Nueva York con una prioridad, que era recuperar la solidez en su juego de carrera y encontrar soluciones válidas para cubrir sus muchas bajas. Ahora mismo, para ellos, por encima de eso solo está terminar con el mejor récord de su conferencia, y eso lo podían asegurar ganando la semana que viene en Miami si perdían ante los Jets. Por eso salieron insistiendo por tierra más que nunca, probando una y otra vez a Bolden y James White como corredores y como receptores, no solo desde del backfield, sino también abiertos. También dieron algún balón a Steven Jackson, su reciente adquisición, para comprobar su auténtico recorrido. Amendola y Edelman no se vistieron y tuvieron una semana más de descanso. Vollmer se retiró por una lesión en la pierna a las primeras de cambio. Tom Brady solo lanzó dos pases completos a receptores puros en toda la primera mitad… Todo volvía a oler a entrenamiento camuflado, en el que ganar o perder era lo menos importante. Incluso durante la segunda mitad, el quarterback pareció volcar sus pases en Keshawn Martin, un receptor que ha aparecido casi de la nada en las últimas semanas para cubrir bajas.

Por supuesto que querían ganar a los Jets, pero una derrota no era una noticia tan mala. Incluso podía ser muy beneficiosa para ellos, porque podía alargar la batalla en la conferencia una semana más, obligar a los Broncos a jugar el lunes contra los Bengals con el puñal en la boca, e impedir que Steelers o Chiefs se pudieran relajar. Aunque vistos los resultados que se produjeron en otros estadios, quienes más perjudicados han salido de lo sucedido en Nueva York han sido los de Pittsburgh, que curiosamente llevaban algunas semanas convirtiéndose en los grandes gallitos de la conferencia.

Tampoco hay que descartar que el motivo de los tristes tres primeros cuatros de los de Belichick sea, simplemente, que estén sufriendo una crisis justo en el peor momento por la plaga de lesiones en su grupo de receptores, por las limitaciones de un backfield asolado por las lesiones, por la fragilidad de una línea ofensiva castigada por las lesiones… Y todo lo anterior, lastrado aún más por una defensa que no rendirá a su auténtico nivel si no regresan a tiempo los lesionados. Luces rojas y alarmas en Foxboro. Con tantas bajas quizá sean competitivos en temporada regular, pero necesitarán hacer mucho más si quieren mirar de tú a tú a sus rivales en enero. Ni siquiera Brady está jugando con la intensidad y las ganas a las que nos tiene acostumbrados.

Sin embargo, quizá lo más sano sea olvidarse de tanta teoría de la conspiración, y pensar que los Jets simplemente fueron mucho mejores durante gran parte del partido y consiguieron una victoria legítima y merecidísima. Desde el primer minuto destrozaron la defensa rival con su ataque terrestre. Con Powell, Ivory y Ridley (ex de los Patriots) perforando el front seven rival como un cuchillo cortando mantequilla mientras la línea ofensiva abría autopistas. Y mientras insistieron con esa táctica, volvieron locos a sus rivales.

Fitzpatrick no empezó bien, pero poco a poco se fue entonando. Primero conectando con Thompkins (ex de los Patriots), y luego tocando una sinfonía letal con Brandon Marshall, que anotó un touchdown poco antes del descanso (10-3), otro impresionante de 33 yardas a poco de comenzar la segunda mitad (17-10) y en muchos momentos se convirtió en un salvavidas infalible para su quarterback.

Los de Boston parecieron empezar la segunda mitad con más ganas, y con Brady buscando por fin a sus receptores con intención, pero Revis (ex de los Patriots) interceptó un pase bastante feo, en una jugada que amenazaba con apagar las pocas ganas que estaba poniendo New England.

Sin embargo, cuando parecía que el partido se moría, Fitzpatrick sufrió un fumble que era recuperado por Jaime Collins y retornado para touchdown, lo que unido a un field goal anterior dejaba el marcador (17-13). Un resultado apretado y sorprendente si tenemos en cuenta la diferencia de intensidad y rendimiento entre ambos equipos hasta ese momento.

Y así se llegó al último cuarto, que comenzó con un field goal de los Jets (20-13), que pese a la anotación parecían atenazados y sin ideas en ataque. Inexplicablemente, habían abandonado el juego terrestre que tan bien les había funcionado durante la primera mitad y los ajustes de la defensa de New England parecían funcionar.

Sin embargo, el ataque de los Patriots seguía anémico, y entre unos atenazados, y otros empanados, el partido entró en un bucle de incompetencia ofensiva del que solo salió gracias a dos conexiones entre Brady y Gronkowski en dos cuartos downs, uno de ellos de 9 yardas, que terminó con un touchdown de White con una recepción de 9 yardas (20-20). Una serie de locura, con los de New England por fin centrados en la victoria y no en hacer ensayos, y que abrió la puerta a una prórroga.

Antes del comienzo del tiempo añadido se produjo una circunstancia absurda y que a la larga fue decisiva. Los Patriots tienen como costumbre elegir campo y patear el kickoff inicial de los partidos cuando la moneda al aire sale a su favor. Slater, acostumbrado a esa rutina, pidió despejar en la prórroga. Cuando se dio cuenta del error, quiso rectificar el árbitro le indicó que no podía hacerlo. Belichick afirmó tras el partido que su intención era patear y que Slater solo se confundió al no elegir campo, pero quizá sea más un intento de defender a su jugador que otra cosa.

Los Jets no desaprovecharon el regalo y se atravesaron el campo en cinco jugadas, para que Erik Decker cogiera un pase de 6 yardas de Fitzpatrick para touchdown y diera por concluido el partido (26-20). Los Jets han sorteado el obstáculo más difícil y les basta con ganar la semana que viene a los Bills para clasificarse para playoffs. Los Patriots tendrán que ganar en Miami para asegurar la ventaja de campo durante todo el mes de enero.