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AFC Norte desde dentro

Llega la época navideña a la AFC Norte de la NFL

Entre turrones, regalos y villancicos, Steelers regresan a playoffs, Bengals se encomiendan a McCarron, y Browns y Ravens miran al futuro.

AJ McCarron es ahora mismo el quarterback titular de los Bengals durante la lesión de Andy Dalton.
EZRA SHAWAFP

Me gusta la Navidad. Las calles iluminadas con luces de colores, los escaparates decorados con motivos navideños, los belenes, la costumbre de hacerse regalos, la peculiar gastronomía… Cuando uno se hace mayor, reconforta encontrar tradiciones que te recuerdan a la infancia. En la AFC Norte, una de las más extendidas por estas fechas es la vuelta de los Steelers a playoffs. A lo que, como el anuncio, podíamos denominar “su casa” (tras los Cowboys, son el equipo con más presencias en postemporada). Sus seguidores saben que nunca hay que darles por acabados, ya que es precisamente en la recta final del campeonato cuando se envuelven en su mística particular.

Desde la era Roethlisberger (por poner un punto de partida), los Steelers tienen un porcentaje de victorias en Diciembre del 72%. Incluso en aquellos años en los que finalmente el balance no les ha llegado para entrar en playoffs, su rendimiento en el último mes de temporada regular siempre ha sido excepcional. Este milagro navideño no lo explica por sí solo la adaptación al gélido clima invernal. Debe haber algo más. El espíritu de los que han vestido antes esa camiseta. El respeto que genera en los contrarios. Comentaba antes las cosas buenas de la Navidad, pero también hay otras que pueden no serlo tanto. Que te toquen los Steelers en playoffs te hace tanta gracia como la cena de Nochebuena con tu suegra. Como ese trozo de turrón pasado, que lleva días en la bandeja y todos intentan evitar. Creo que Tim Burton equivocó el protagonista para su película animada “Pesadilla antes de Navidad”.

Una película inspirada en el cuento del “Grinch que robó la Navidad”, un personaje que alertaba sobre el exceso de materialismo en estas fechas, un efecto inseparable ya de la Navidad. Las únicas tarjetas que se ven ahora no son las de felicitación, sino las de crédito en los grandes almacenes. Nadie imagina un árbol navideño sin regalos bajo él. Como nadie imaginaba tampoco el hundimiento de unos Ravens candidatos a la Super Bowl. Harbaugh tendrá que renovar unos adornos que se han quedado obsoletos (Smith, Forsett, Suggs, Dumervil…) y comprobar cuántos de los actuales podrían valer para ocupar un lugar más vistoso el año que viene (Aiken, Allen, Clausen…). Pero lo que no podrá eludir será pasar por el mercado y sucumbir a la vorágine consumista para reforzar su proyecto de cara al futuro.

Una parte fundamental también de la Navidad son sus ritos religiosos. El Nacimiento de Jesús, la Misa de Gallo, la bendición papal “urbi et orbi”. Oraciones y plegarias. Como las que circulan en Cincinnati por el pronto regreso de Dalton, una vez comprobadas las limitaciones de su sustituto A.J. McCarron. Por más fe que pone, no da la impresión de ser el ansiado Mesías que esperan en la Queen City para acabar con la penitencia de 25 años sin victorias en playoffs.

Pero sobre todo, son fechas de estar reunidos en familia. Al calor del hogar, cantando villancicos entre olor a pavo asado. Y no sé por qué esto me recuerda a Manziel. Ahora más que nunca necesita el apoyo de compañeros y entrenadores para guiarle, protegerle y hacerle crecer como QB. De momento, lleva dos partidos bastante buenos. Hay un sentimiento de esperanza en “Believeland”. Porque esto significa la Navidad: ilusión en un renacer mejor.

En la AFC Norte, las noches de duelos divisionales no suelen ser nunca de Paz ni de Amor, pero esto no impide desear a todos nuestros lectores, y vuestras familias, una muy Feliz Navidad.