Wilson hace historia y lleva a Seahawks a playoffs por 4º año

Desde que Russell Wilson fuera elegido en el draft 2012 de la NFL Seattle no ha fallado en la postemporada. En la primera campaña del fenomenal quarterback, los Seahawks cayeron en Atlanta en la semifinal de conferencia. Los dos años siguientes Wilson lideró al equipo del estado de Washington hasta la Super Bowl. Con toda probabilidad, Seattle llegará este año a la postemporada como wild card, al igual que en la primera campaña de Wilson, con lo que tendrá que ganar tres partidos fuera de casa para poder disputar la Super Bowl por tercera vez consecutiva, algo jamás protagonizado por un equipo de la Conferencia Nacional.

En el duelo ante los Browns, Wilson se convirtió en el primer quarterback de la historia de la NFL en pasar para tres o más touchdowns en cinco partidos seguidos sin lanzar una sola intercepción. Ante Cleveland, el tenaz quarterback lanzó tres pases de anotación más para sumar 19 en los últimos cinco encuentros. Dos de ellos acabaron en manos de Doug Baldwin, quien también empató un récord de la liga, compartido con tres jugadores, uno de ellos el mítico Jerry Rice, al atrapar diez pases de touchdown en un total de cuatro partidos consecutivos. El otro lanzamiento de touchdown de Wilson acabó en manos del rookie Tyler Locket que, junto a Baldwin y Jermaine Kearse, se afianza como uno de los tríos de wide receivers más en forma de la NFL en estos momentos. Wilson culminó el choque con 249 yardas de pase, Kearse atrapó siete balones para 110 yardas, Baldwin, cuatro para 45 y Lockett, cinco para 55.

Cleveland jugó un partido bastante bueno y fue un digno rival para Seattle. Los Browns se pusieron delante tras un brillante primer drive que acabó con un pase de Johnny Manziel al tight end Gary Barnidge quien, con su novena recepción de anotación de la temporada, empató la marca del club para un jugador de su posición, establecida por el legendario Ozzie Newsome. Manziel mostró sus habilidades y movió la pelota, pero la defensa de Seattle se impuso en los momentos determinantes y solo permitió al ataque rival, tras su primer avance, dos field goals en todo el resto del encuentro. Manziel acabó el choque con 161 yardas de pase (una intercepción), sin contar con el apoyo de un ataque terrestre en que todos los corredores fueron maniatados en menos de 50 yardas.