INDIANAPOLIS COLTS 10 - HOUSTON TEXANS 16
Los Colts de Pagano tocan fondo y pierden contra los Texans
El equipo de Houston gana por primera vez en la historia en Indianapolis y se confirma como el gran favorito para ganar la AFC Sur.
Los Indianapolis Colts han dominado la AFC Sur con mano de hierro desde hace tres lustros. Lo han hecho cuando sus rivales tenían más lustre que hoy y estaban obligados a seguir haciéndolo este año más que ninguno al venir de jugar la final de la AFC y sus tres rivales estar inmersos en profundos procesos de reconstrucción. Pues bien, no sólo ha sido ese el caso sino que en la fecha definitiva del año, el duelo con los Houston Texans para definir el más que probable campeón de la temporada, han hecho el ridículo.
Ese es el legado de Chuck Pagano al frente de los Colts: convertir a un seguro y absoluto dominador en un saco de golpes y risas. Ese será su epitafio cuando sea cesado, algo que se atisba cercano en el horizonte.
Trece años tiene de existencia la rivalidad entre Colts y Texans. En esos trece años sólo cuatro veces los de Houston habían ganado. Siempre en casa. ¿En Indianapolis? 13 viajes y 13 derrotas. Hoy han roto esa racha en el momento más oportuno con una victoria por 16 a 10.
El partido estuvo dominado por las líneas defensivas. Sin duda alguna. La de los Colts jugó, probablemente, su mejor encuentro del año. Durante al menos tres cuartos se comió el ataque de los Texans. T.J. Yates, QB titular de circunstancias, vivió una pesadilla. Tanto que, en una carrera, terminó con los ligamentos de su rodilla y con su temporada. Brandon Weeden, el mismo que viste y calza, tuvo que sustituirle y acabar el partido para los Texans.
Poco se había hecho hasta el momento en ataque del lado de Houston. Algo más del lado de Indianapolis. Matt Hasselbeck había conseguido poner un 10-0 en el marcador que era muy goloso tal y como estaba de embarrado el duelo. Pero, a partir de ahí, fue la línea defensiva de los Texans la que comenzó a crecer hasta el nivel que se le supone y el QB de los Colts a ser golpeado una y otra vez. Tanto, que tuvo que ir a la banda y Charlie Whitehurst jugó un drive. Casi nada, el duelo definitivo de la división jugándose con Weeden y Whitehurst de pasadores. El pobre Charlie, al igual que Hasselbeck cuatro veces antes que él, no pasó del tres y fuera y los Texans volvieron a tener una oportunidad.
En uno de esos múltiples drives el ataque hizo click. Alfred Blue corrió con más consistencia, al notarse el cansancio de una línea de los Colts exhausta, y Weeden encontró a Jaelen Strong en la end zone para alejarse en el marcador.
Dos opciones más tuvieron en Indianapolis, ya con Hasselbeck de vuelta, para ganar el partido. Pero un fumble de Whalen y una intercecpión final sellaron el destino del encuentro.
Y, probablemente, también el de este proyecto de Chuck Pagano al frente de los Colts, que lo tienen en chino para meterse en playoff, un partido por detrás de los Texans con sólo dos por jugar, y que es intolerable viendo las plantillas, el talento y la previsiones al inicio de la temporada.
Los Texans, por su parte, han alcanzado, en un año extrañísimo y muy irregular, la tierra prometida de apartar a los Colts del camino. Ya no tienen nada que perder y sólo cosas que celebrar. A poco que las cosas les salgan medio normal, que tampoco es algo por lo que apostar a ojos cerrados, jugarán en enero.