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Cincinnati Bengals 20 – Pittsburgh Steelers 33

Dalton se lesiona en una batalla campal ganada por los Steelers

La lesión de Andy Dalton tras una intercepción acabó con gran parte de las opciones de unos Bengals sobrepasados por la intensidad de los Steelers.

Los dos equipos empezaron a pelearse cuando todavía ni siquiera había comenzado el partido.
ANDY LYONSAFP

Llevábamos toda la semana esperando un partido apasionante en el que los Steelers se jugaban el ser o no ser y los Bengals muchas de sus opciones de descansar en la primera jornada de playoffs. Un duelo de gallos que duró exactamente 9 minutos y 54 segundos, que fue lo que tardó Andy Dalton en lanzar una intercepción, intentar placar a Tuitt para evitar el retorno, y sufrir una lesión en el pulgar derecho que inmediatamente le sacó del partido. Lo peor para los Bengals es que, según las primeras informaciones, no es seguro que el quarterback esté recuperado para los playoffs. Pase lo que pase, la aparatosa escayola que lució en la banda durante el resto del partido no augura nada bueno.

Y ese no fue el único disgusto para los Bengals. Una jugada antes, Tyler Eifert había recibido un placaje brutal por parte de la mitad de la defensa de los Steelers y tampoco volvió al campo por una conmoción, en un partido en que los golpes violentos y los jugadores lesionados fueron sumándose en un goteo interminable. Incluso el español Alenandro Villanueva, que tuvo otra magnífica actuación, tuvo que abandonar el emparrillado durante unos minutos para que los médicos evaluaran si estaba conmocionado. Sin embargo, pudo regresar al partido de inmediato.

La razón de tanto incidente estuvo en que el partido no se jugó con intensidad, sino con violencia. Hasta el punto que a los pocos minutos de empezar el árbitro principal tuvo que ir de banda a banda para hablar con ambos entrenadores principales, y explicarles que o los jugadores empezaban a jugar dentro del reglamento o empezaría a expulsarlos del partido.

Los duelos entre Bengals y Steelers llevan siendo más que intensos algunos años, con una inquina que comenzó en los playoffs de la temporada 2005, cuando Carson Palmer sufrió una lesión tras un golpe cuya intencionalidad ha sido eterno motivo de debate. Desde entonces ambos equipos se han sacudido sin piedad cada vez que se han encontrado, y Dalton solo es la última víctima de una larga lista de damnificados que deja cada batalla de la guerra abierta entre ambos equipos.

No hizo falta esperar al inicio del partido para abrir las hostilidades. Durante el calentamiento ya tuvieron que separar a ambas plantillas, envueltas en una montonera. Sin embargo, los ‘señores del Acero’ se jugaban mucho más en el partido, y desde el primer minuto golpearon más duro e intentaron intimidar a sus rivales.

Los Steelers no solo pusieron un punto más de violencia e intensidad que Cincinnati, también empezaron jugando con más eficacia, con Big Ben atravesándose el campo en una serie impecable en la que DeAngelo Williams volvió a tener un papel importante, y puso la guinda con un touchdown de carrera de una yarda. Los Bengals respondieron con la misma medicina. Y mientras unos y otros se pegaban en cuanto había ocasión, y los pañuelos amarillos volaban sin parar, los de Cincinnati se plantaron en la yarda cuatro rival y llegó la fatídica lesión en el dedo pulgar de Dalton después de haber sido interceptado.

Los Steelers alargaron su siguiente serie casi ocho minutos para terminar anotando un field goal, pero era evidente que el partido había concluido. La defensa de Cincinnati quizá pudiera limitar daños contra uno de los ataque más explosivos de la NFL, pero necesitaba la ayuda del ataque. Y McCarron, un quarterback con nombre de malo de los tebeos de Ibáñez, y que había lanzado cuatro pases en total en toda su carrera profesional, demostró desde el primer momento que el partido le venía grandísimo.

Solo hubo un espejismo, en forma de lanzamiento de 66 yardas a A.J. Green para touchdown, que hizo albergar alguna esperanza a los ya de por si derrotistas aficionados de los Bengals, pero tras esa bomba atómica, simplemente se acabaron los fuegos artificiales.

Los Steelers, a lo suyo, seguían manteniendo una intensidad asfixiante, que amartillaba y amedrentaba a sus rivales. Aunque éstos ya estaban tocados de muerte en el aspecto moral tras la baja de su quarterback y de su tight end titular.

Entre broncas, y lesiones terminó la primera mitad con los Steelers 7-16 arriba gracias a tres field goals de Boswell. Dos anotaciones de ventaja que para estos Bengals no habrían sido nada con Dalton y Eifert en el campo, pero que visto lo visto parecían inalcanzables.

Y el asunto se complicó más aún para los locales cuando McCarron lanzaba una intercepción en su segundo intento de pase tras la reanudación. Touchdown de Gay, 7-23 en el marcador y punto final cuando aún quedaba medio partido.

A partir de ese momento, desapareció la intensidad que había protagonizado la primera mitad. Los Steelers sabían que su rival estaba herido de muerte, y que no necesitaban mantener alta la temperatura para llevarse todo el botín. McCarron lo intentaba, e incluso completaba pases meritorios, uno de ellos de 5 yardas a Burkhead en la zona de anotación rival, que sirvió para cerrar el partido con el 20-33 definitivo. Pero el quarterback, sin malicia, se había ahogado durante toda la segunda mitad en cuanto había pisado la zona roja, e incluso había pagado la novatada lanzando una segunda intercepción.

Los Steelers han conseguido salvar una de las bolas de partido en la carrera que mantienen con Jets y Chiefs por un puesto de wild card, pero el resto de los gallos de la conferencia estará muy pendiente de la evolución de Dalton, que puede marcar el ser o no ser de los Bengals durante el próximo mes de enero.