Cardenal: "Ni se me ha pasado por la cabeza presidir la RFEF"

Miguel Cardenal Carro (Bilbao, 21 de marzo de 1968) hace balance del año. También de la legislatura. El 20 de diciembre se celebran Ele­cciones Generales y ahora mismo es una incógnita quién dirigirá el deporte español a partir de 2016. Si abandona la presidencia del CSD, Cardenal ya tiene claro su futuro: “Volveré a mi plaza en la Universidad Rey Juan Carlos”. Y acalla así ciertos rumores: “No voy ser presidente de la Federación Española de Fútbol (RFEF), por mucho que se diga por ahí. Además de que tendría una incompatibilidad de dos años en el deporte, es algo que no tiene nada que ver con mis capacidades profesionales y no se me ha pasado nunca por la cabeza”.

Cardenal, sin embargo, no descarta continuar como secretario de Estado para el Deporte. Al contrario: “Me hace ilusión seguir y creo que seguiría si el PP gobierna, aunque tampoco lo puedo asegurar porque el ministro que venga tiene su derecho a hacer su equipo”.

Una de las razones que animan a Cardenal a repetir en el cargo es completar algunos planes de carácter social: “El proyecto que más ilusión me hace es que ahora que al fin se ha formado la ADE (Asociación del Deporte Español), que aglutina a federaciones olímpicas y no olímpicas, se van a hacer cosas con Educación, Sanidad, Turismo... Se harán escuelas contra el absentismo, se fomentará la buena alimentación... Se pueden buscar soluciones a través del deporte. Se ha desperdiciado el potencial que tiene el deporte español para obtener un retorno social”.

Ahí entraría igualmente hallar soluciones para aquellos inmigrantes que no pueden competir en fútbol al no tener papeles, a causa de una norma FIFA: “Es totalmente injusto que un niño se quede sin jugar. El deporte es un vehículo de integración. Esos inmigrantes tienen acceso a la sanidad o a la educación, pero no al fútbol. Hay que conseguir un deporte universal y también queremos trabajar en eso”.

Estas políticas sociales son en parte posibles gracias a “la solidaridad del fútbol”, que ha destinado un 1% de los derechos de televisión para favorecer a otras disciplinas minoritarias en los siguientes conceptos: la Seguridad Social, la búsqueda de soluciones para las leyendas retiradas que pasan problemas, el apoyo al deporte femenino, y la ayuda para el pago de las licencias federativas a los niños con más necesidades. Se calcula que el próximo año se dedicarán 15 millones de euros.

“El fútbol está ayudando mucho en los últimos años a otros deportes y es justo que sea así, porque ellos son los que más tienen”, explica Cardenal. “La Federación renunció en su momento a su subvención para que se distribuyera entre otros deportes. Y este año, la Liga de Fútbol Profesional (LFP) también ha aportado seis millones. Ahora he puesto en contacto a la ADE con la LFP, les he presentado para que hablen y puedan hacer cosas”.

El presidente del CSD no quiere que la ayuda se frene ahí: “Me gustaría que todos los equipos de Primera y Segunda División tuvieran al menos una sección deportiva. Algunos ya disponen de ellas, como la Real Sociedad con el hockey. El Villarreal también ayuda mucho a otros deportes. Que todos apoyaran a otras disciplinas o a la mujer no les supondría tanta pérdida de dinero”.

Al hilo de las cosas pendientes, también surge la situación del baloncesto. Aquí, Cardenal hace una reflexión crítica: “La ACB es una asignatura que hay que aprobar ya. No puede ser que, un año tras otro, los equipos no puedan ascender por falta de recursos: eso se tiene que acabar. Cuando hablamos con la ACB, su situación era muy mala. Les pedimos un control y que se fueran solucionando cosas, pero no se ha avanzado a una velocidad razonable y ya ha llegado el momento de hacerlas”.

Evidentemente, la legislatura no sólo deja proyectos pendientes. Al contrario, Cardenal considera que los principales desafíos encarados han tomado un buen rumbo. Se refiere a tres pilares prioritarios en su gestión: el deporte femenino, la deuda del fútbol y la buena gobernanza de las Federaciones Deportivas, “a las que se les ha pedido grandes sacrificios y ajustes, y han sabido responder y adaptarse muy bien”.

Y qué pasa con los resultados deportivos. Juan Mora, subdirector de AS, lanza la pregunta: “Si cuando usted llegó el nivel del deporte español estaba en una nota de 8, ¿ahora con qué calificación lo deja?”. Y Cardenal responde: “Cogí el deporte en un nivel alto y lo dejo en un nivel alto. En el tiempo coincidió que triunfábamos en muchos deportes como el fútbol, el baloncesto, el tenis, el ciclismo, la Fórmula 1... Eso es difícil que se repita, pero por otro lado han salido nuevos campeones en deportes en los que no había tradición, como son los casos de Carolina Marín y Javier Fernández”.

“De todos modos, no quiero asignarme el éxito de los resultados deportivos. El deporte femenino, por ejemplo, está creciendo ahora, pero no es sólo por nosotros, sino por la inversión desde hace veinte años. Nosotros, eso sí, podemos hacer otras cosas y poner nuestro granito de arena, como ha sido la creación de la Subdirección de la Mujer”, añade Cardenal.

Otro hervidero que se encontró fue la lucha antidopaje. Aquí es inevitable que surja un asunto de actualidad: la sanción por tres años de Marta Domínguez. La palentina acusó al secretario de Estado de “movimientos” para dejarle fuera de las listas del PP. Cardenal rechaza su derecho a la réplica: “No voy a comentar nada, porque no voy a hacer leña del árbol caído”.

El dirigente bilbaíno sí accede a hacer un análisis de la situación actual de la lucha contra el dopaje: “Cuando llegué, Samaranch Jr. me dijo que lo importante era conseguir que hablaran bien de nosotros, y en eso hemos trabajado. Actualmente, en el exterior tienen claro que España lucha contra el dopaje. En el mismo caso de Marta, fuera han visto que no le hemos apoyado”.

Durante este periodo ha habido hasta tres directores de la Agencia Española Antidopaje: Ana Muñoz Merino, Manuel Quintanar y Enrique Gómez Bastida. Sobre este último, Cardenal destaca: “Es un profesional y no un político, que podría continuar con nosotros, pero también seguir trabajando con otros gobiernos. Es independiente y no nos pregunta nunca qué tiene que hacer. Eso nos ha dado credibilidad”. Idéntico número de directores generales ha habido en el CSD: David Villaverde, Ana Muñoz Merino y Óscar Graefenhain de Codes. El secretario de Estado no lo considera como un dato de inestabilidad. Y el propio Graefenhain le echa un capotazo: “Siempre hemos sido el mismo equipo”.