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NEW YORK JETS

La isla de Revis comienza a ser un populoso complejo turístico

El extraordinario cornerback de los New York Jets ha sido batido dos semanas seguidas, por DeAndre Hopkins y por Sammy Watkins.

DeAndre Hopkins logra una recepción ante Darrelle Revis.
LARRY W. SMITHEFE

Durante años Darrelle Revis fue el mejor cornerback de la NFL. Por mucha diferencia. En su primera etapa en los Jets, y el año pasado en los Patriots, llegó un momento en el que los ataque rivales miraban para otro lado y jugaban sólo con una mitad del campo. En la parte que defendía Revis estaba el solito con un receptor. La imagen era tan impactante que se comenzó a conocer como "Revis Island", la Isla de Revis, porque estaban solos en un mar de césped verde, mientras el juego, el mogollón, se iba a la otra punta del emparrillado. Era mejor evitarle, directamente, que tratar de ganarle. Incluso en el triste periodo en los Buccaneers, a donde fue con un contratazo como agente libre, el equipo no rindió pero él sí.

Por eso este año, en su regreso a los orígenes, a los Jets, la defensa pensó encontrar una de las piezas que le faltaban y una muy impresionante línea defensiva sumaba poder en la parte posterior del campo para completar su trabajo. Así fue durante la primera parte de la temporada, cuando el equipo consiguió cuatro victorias y dos derrotas. Pero desde hace un mes la Isla de Revis se está convirtiendo en un populoso complejo turístico y eso lo está pagando el grupo. Las condiciones sobrehumanas de Darrelle han desaparecido, al menos de forma momentánea, y se ha convertido en un cornerback más. Los rivales lo saben y por ahí atacan.

Repasemos las últimas actuaciones de los receptores a los que se ha enfrentado Revis y veremos que comienza a ser tendencia el quemarle.

En la jornada 8 los Jets viajaron a Oakland. Perdieron. Con contundencia. Revis se encargó de defender a Amari Cooper, como no podía ser de otra forma, y lo cierto es que lo limitó pues sólo consiguió 46 yardas en las nueve veces que Derek Carr le pasó el balón. Pero sucedió que en una de esas jugadas, Cooper se fue en un bello amago y dejó retratado al CB. No es significativo, por supuesto, cualquier gran receptor puede hacer eso mismo, cada domingo, con algún gran defensor.

Pero la semana siguiente fue Allen Ronbinson el que se pasó casi toda la tarde, como su apellido indica, en la isla que una vez estuvo desierta, la de Revis... y la abandonó con 121 yardas, incluida una big play de 44.

En la jornada 10 los Jets jugaban un partido que se antojaba decisivo. Su rival eran los Buffalo Bills, enemigo anual por estar en la misma división pero que este año lo es más por estar implicados en la pelea directa por la plaza de wild card para jugar los playoffs en la AFC. Pues con el partido igualado, en el drive deciviso, Sammy Watkins le hizo algo muy poco habitual en la carrera del tremendo defensiveback. Esto:

La confirmación final del mal estado del defensor de los Jets llegó en la jornada de ayer, cuando DeAndre Hopkins campó a sus anchas por la Isla, como un turista dando un plácido paseo. 118 yardas, una recepción de 61 yardas y 2 touchdowns le contemplan en una concienzuda ocupación del espacio anteriormente vedado a las visitas.

No es casualidad que el bajón en el juego de Darrelle Revis haya llevado al equipo a perder tres de los últimos cuatro partidos, y a convertirse en un lejano aspirante a meterse en playoff. No lo es porque un jugador de este calibre te marca toda la defensa y, en la construcción de estos Jets la defensa es esencial.

Es cierto, muy cierto, que los problemas de la secundaria, que arrastran a todo el equipo, son mayores en el otro lado, con la figura de Antonio Cromartie como gran damnificada, pero lo menos que podía esperar Todd Bowles, entrenador de los Jets, es que también tuviese que preocuparse por esa parcela del campo que pensó que estaba protegida y que se está convirtiendo en un apacible lugar para que las parejas recién casadas, y los turistas varios, paseen ensuciándolo todo.