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NEW ENGLAND PATRIOTS

Lo notable baja de Julian Edelman en los Patriots

Parece un asunto menor el perder a un receptor en un ataque tan bien engrasado, pero en New England pueden preguntar a los Packers al respecto.

Julian Edelman, antes de lesionarse.
AL BELLOAFP

Julian Edelman se ha roto el quinta metatarsiano de un pie y estará de baja hasta el final de la temporada regular. Siendo importante, no parece una baja trascendente en los New England Patriots debido a que en ese equipo parece que con los esquemas ofensivos y Tom Brady están asegurados los primeros downs, los puntos y las victorias. Pero sería prudente no menospreciar la ausencia del receptor con más pases cogidos en los últimos años en el equipo. Y si quieren explicaciones al respecto pueden empezar por preguntar en Green Bay.

Edelman es un receptor extraño. Muy pequeño. Es más, reconvertido de su posición original en la universidad, donde era QB. En los Patriots encajó como un guante en el rol que antaño ejerció Wes Welker. No es que sea el mismo jugador, ni se creen las mismas jugadas para ambos, pero Bill Belichick y su coordinador ofensivo, Josh McDaniels, se las arreglaron para mutar los esquemas lo suficiente como para aprovecharle sin perder la esencia del ataque. En eso son unos maestros. Es más, si Edelman se fuese a otro equipo sería muy difícil, por no decir imposible, que repitiese los mismos números. Es un producto del sistema. Pero qué producto.

En los últimos dos años se ha colado en el top ten de jugadores con más recepciones en la liga. Sin tener, ni remótamente, el físico de los grandes jugadores de su puesto, ha sido clave, junto a Rob Gronkowski, del movimiento perpetuo de ese ataque a ratos imparable que lucen los New England Patriots.

Su lesión deja al equipo con Danny Amendola teniendo que cumplir su rol, algo que no va a poder hacer porque es un imposible físico, porque no son el mismo tipo de receptor, porque la química entre ellos con Tom Brady es diferente, porque habrá que adaptar el sistema para la nueva situación.

Es común pensar que en esta liga los receptores del estilo de Edelman, dotados para el juego corto y para moverse como pequeños drones invisibles en las posiciones de slot, son reemplazables. Es más, cuando un ataque funciona y tiene un QB estrella se tiende a infravalorar el trabajo de los jugadores del puesto. Pero lo cierto es que todas y cada una de las bajas de un grupo han de ser ponderadas en su importancias, y en su capacidad de sustitución, y en este caso ambos factores están en contra de New England.

Tom Brady mismo ha dicho que Edelman no se puede sustituir por otro jugador y asunto arreglado. Brady sabe de lo que habla. Y tiene razón. Como tienen razón los que creen que los Packers están echando mucho de menos a Jordy Nelson. Durante años hemos visto a Aaron Rodgers subsistir cambiando de WR estrella en cada recodo del camino, pero ha sido perder a Nelson y ver como ese ataque se atasca.

Por supuesto, los motivos de la mala racha actual de los de Green Bay es mucho más profunda que la ausencia de Jordy Nelson. Pero sí que es verdad que se ve a Rodgers desquiciado porque sus hombres no se van de sus pares y eso le ha llevado a perder el ritmo de juego en algunas fases de los partidos, lo que le lleva a fallar pases de los que no falla nunca. Porque el ritmo, la química, la sensación de fluidez es esencial en el puesto de QB y en los ataques de la NFL.

Y eso, precisamente, es lo que le aporta Edelman a Brady. Más incluso que Gronkowski, aunque este sea más definitivo y, sin duda, más importante y mejor jugador. El QB de los Patriots tiene que aprender a vivir sin su válvula de escape, sin su puerto seguro, y eso no se improvisa.

Si alguien es capaz de solventar este tipo de contratiempos es el trío que forman Belichick-McDaniels-Brady, pero de ahí a menospreciar la ausencia de Edelman va un trecho largo. Que Julian falte es una baja sensible para New England, y tiene el potencial para descoordinadar un ataque que hasta ahora, ha mostrado su cara de destrucción masiva habitual.