¿Por qué Hardy sí y Ray Rice no?

Si uno se limita a lo básico, el argumento es que Hardys en defensa hay muy pocos y Rices, en cambio, hay una abundancia en una demarcación tan en declive como es la de runningback (corredor) en la NFL. Pero la raíz de todo va mucho más allá de eso y todo es reflejo del panorama ético en esta era en la que nos regimos enteramente por lo audiovisual.

Ray Rice golpeó a Janay Palmer en un ascensor en Nueva Jersey. El puñetazo seco dejó a su mujer inconsciente. Esta sigue a su lado desde entonces, incluso defendiéndole ferozmente en todas las entrevistas que ha concedido. Pero el vídeo del incidente ha sido la tumba de la carrera del una vez estrella de los Ravens. De hecho, la liga no tomó medida alguna hasta el clip que publicó TMZ.

El caso de Hardy es diferente. No hay vídeo, y esa es la clave. La semana pasada, Deadspin publicó las fotos del informe policial de la denuncia de su exnovia. Las fotos son escalofriantes y los moratones infinitos. Nicole Holder le contó a la policía que pensaba que iba a morir. Pero Hardy sigue ganando más de medio millón de dólares por partido en los Dallas Cowboys. Las pruebas están ahí, a la vista, pero no es un vídeo… y es lo único que importa.