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BUFFALO BILLS 33 - MIAMI DOLPHINS17

Los Bills vuelven a la pelea de playoffs a costa de los Dolphins

Buffalo vive una tarde de reencuentro entre equipo y afición gracias a un partido en el que volvieron las figuras y lo hicieron cumpliendo como tales.

Actualizado a
Karlos Williams celebra un touch down.
Kevin HoffmanUSA Today Sports

Los Buffalo Bills han vuelto a la pelea por los playoffs. Al menos por una semana, que ya se sabe que la alegría dura poco en la casa del pobre. En una tarde en la que su afición respondió como acostumbra esta temporada, el equipo correspondió con una gran actuación y una victoria, como, desde luego, no acostumbra esta temporada.

La víctima fueron los Miami Dolphins, que cumplieron con esa máxima de la AFC Este que indica que tras jugar y, por supuesto, perder con los Patriots hay que pasar una semana más de penitencia.

El 33-17 final del marcador es un justo reflejo de lo que se vio en el campo. Los Bills venían de lamerse las heridas en el sentido figurado, tras una horrible derrota en Londres frente a los Jaguars, y también en el más estricto. Sus figuras ofensivas habían estado ausentes o limitadas por culpa de las lesiones. En una extraña alineación titular para Buffalo se juntaron sobre el emparrillado Tyrod Taylor, Karlos Williams, LeSean McCoy y Sammy Watkins. La mera perspectiva de tenerlos a todos juntos ya era excitante de por sí.

Y lo cierto es que los cuatro cumplieron con su condición de estrellas del ataque de los Bills. Sammy Watkins, en concreto, pasó de 160 yardas y sumó a un par de grandes jugadas otro par de terceros downs convertidos que fueron tan importantes, o más, en el desarrollo del encuentro. El juego de carrera funcionó con los dos running backs y, además, ambos pudieron disfrutar de un par de duras rupturas para la defensa de los Dolphins. Y el QB, aún verde e impreciso en el pocket, tuvo buenos pases, buenas carreras y una jornada, en general, plácida. La peor noticia, con diferencia, es que McCoy volvió a retirarse lesionado.

Colaboró la defensa de los Dolphins para ello. Durante todo el año la línea defensiva se ha llevado las críticas. Es justo. Son los que más cobran y los que más nombre tienen. Pero ante Buffalo fue la secundaria, y el cuerpo de linebackers, los que decidieron declinar su presencia en el partido. Como mantequilla fueron tratados y sus errores hicieron que cualquier otra unidad de Miami tuviese ninguna opción.

Porque el ataque no jugó mal. Es cierto que pudo tener más consistencia, sobre todo en el juego de pase, pero puede presumir de haber obligado a la defensa de los Bills a fallar tackles en una cuantía bochornosa para ellos. Gracias a Miller, Ajayi y, sobre todo, Jarvis Landry, los defensas de Buffalo atraparon fantasmas y placaron aire drive tras drive. Entre eso y las incontables penalizaciones de una unidad que lleva todo el año ayudando que los ataques rivales se mantengan en el campo más de lo que deben, dio la impresión de que Miami estaría en el partido hasta el final. No fue así por la señalada ausencia de secundaria.

Tras esta victoria los Bills vuelven al .500 de victorias, con 4-4 de récord y, lo que es más importante, vuelve la vida al grupo y la sensación de que se pelea por playoffs. Para los Dolphins, y tras la inyección de energía que supuso el cambio de entrenador, la cruda realidad a sus vidas y caen al fondo de la AFC Este. Es hora de ver si Dan Campbell tiene algo más en la chistera que el "jugar con ganas".