La caída de Colin Kaepernick tiene muchos padres y motivos
En apenas un par de años el quarterback de los San Francisco 49ers ha pasado de estrella de la liga a suplente en su propio equipo.
Esta semana ha venido cargada de noticias en la NFL: despidos, traspasos, cortes de jugadores y cómo no, la noticia de la degradación de Colin Kaepernick como quarterback titular de los San Francisco 49ers. ¿Qué ha pasado con el hombre que a punto estuvo de conducir a los niners hacia su sexta Super Bowl?
Como aficionado y seguidor de la franquicia californiana desde hace más de veinte años ha sido una noticia que si bien no me ha cogido por sorpresa, sí me ha producido una sensación de malestar. Bajos los mandos de Kaepernick, San Francisco ha jugado varios de los partidos más importantes de su historia reciente, y el quarterback fue casi siempre protagonista de ellos. El chico que jugaba con tal desparpajo, que igual te lanzaba cuatro pases de touchdown para derrotar a los Patriots en Foxboro como corría para 181 yardas en una victoria sobre Aaron Rodgers y sus Packers en playoffs, es ahora una sombra de sí mismo. Una sombra en el campo donde rara vez produce una gran jugada y una sombra fuera del mismo donde ha pasado de ser la imagen de la franquicia a repudiado por buena parte de sus compañeros de vestuario.
A esta triste situación no ha llegado el jugador únicamente por sus propios deméritos. Esta suplencia es la reacción en cadena de una serie de acontecimientos que se remonta a muchos meses atrás.
1. El comportamiento infantil de Jed York (propietario), Trent Baalke (general manager) y Jim Harbaugh (head coach): en el scouting combine de 2014, apenas unas semanas después de perder en Seattle una apasionante final de conferencia, York y Baalke negociaron con Cleveland un posible acuerdo que mandara a Harbaugh a los Browns a cambio de una buena compensación de selecciones de draft. Los tres hombres más importantes en el organigrama de la franquicia fueron incapaces de resolver sus diferencias como adultos y dejaron que sus respectivos egos se impusieran sobre el beneficio de la franquicia. El resultado fue un divorcio anticipado al final de la campaña pasada por “razones filosóficas”. Son las mismas palabras que escuché cuando Steve Mariucci fue relevado de su puesto en enero de 2003 tras dos presencias consecutivas en los playoffs. Apenas dos años más tarde los 49ers tenían el nº 1 del draft.
2. La creación de un staff técnico de poco empaque: la marcha de Harbaugh, un hombre de mucho carácter, provocó la entrada de alguien con un perfil mucho más bajo, Jim Tomsula. Tomsula es un especialista defensivo que poco puede aportar en el desarrollo de un quarterback, por eso era clave que un coordinador de ataque de prestigio tomara las riendas de una unidad que ya había tenido problemas con Harbaugh en su último año. Se barajaron nombres como los de Adam Gase, Kyle Shanahan o Marc Trestman. Al final ninguna de esas opciones se concretó y el elegido fue alguien de la casa, Geep Chryst, quarterback coach desde que precisamente Kaepernick llegara al equipo y que no había destacado por su labor con él. El propio Kap tomó la decisión de entrenar sus fundamentos técnicos bajo la tutela de Kurt Warner en la “off-season”, menudo reconocimiento hacia tu entrenador de posición. Para culminar el descalabro, el hueco dejado por Chryst se le adjudicó a Steve Logan, un hombre que llevaba cuatro años fuera del football y cuya única experiencia en la NFL fue un paso para olvidar por Tampa Bay en el staff de Raheem Morris.
Hasta los quarterbacks más grandes han necesitado detrás brillantes mentes ofensivas. En San Francisco mismamente Joe Montana tuvo de coordinador de ataque a Mike Holmgren en sus mejores años; situación idéntica la vivió Steve Young con Mike Shanahan. Peyton Manning siempre tuvo a su lado a Tom Moore y no le hablen a Tom Brady de quitarle a Josh McDaniels. Pero la gerencia de San Francisco pensó que alguien con tantas lagunas como Kaepernick podría recuperar sus mejores días con un head coach defensivo y un coordinador de ataque + quarterback coach de dudoso historial. Lo piensas un poco y es absurdo.
3. La descomposición de una plantilla ganadora: tan sólo cinco hombres quedan del equipo ganador de la Conferencia Nacional en 2012: Kaepernick, Joe Staley, Alex Boone, NaVorro Bowman y Ahmad Brooks. El éxodo de jugadores ha sido incesante y especialmente sangrante en la línea ofensiva. Los niners contaban con el mejor grupo de “gordos” por aquel entonces y la unidad actual dista mucho de ser competitiva. La marcha de alguien tan valioso dentro y fuera del campo como Frank Gore también ha repercutido negativamente en el desempeño del quarterback.
Si metemos todos estos factores en una coctelera lo que podía salir de ahí no iba a ser bueno. Kaepernick tenía el apoyo de un fuerte staff técnico y estaba rodeado por grandes compañeros. Ahora cuenta con mucha menos ayuda tanto en el huddle como en la banda. Pero ni siquiera la mejor línea ofensiva de la liga te hace ganar partidos por sí sola (que se lo pregunten a Dallas), alguien tiene que haber detrás ejecutando las jugadas mandadas por los entrenadores. Kap fue ese hombre en los días de gloria y ahora que corren malos vientos es incapaz de llevar a cabo los aspectos más básicos del juego. No le podemos eximir de su parte de culpa en este “descenso a los infiernos”, por un lado por verse superado mentalmente por los rigores de la NFL y por otro por dejar mucho que desear como supuesta cara de la franquicia y líder del vestuario. Es por eso que más de uno se alegra hoy de que haya acabado así.
St. Louis Rams @ Minnesota Vikings (domingo a las 19:00)
Pasado y presente contra presente y futuro, o lo que es lo mismo, Adrian Peterson contra Todd Gurley. El duelo entre los dos runningbacks (nº 3 y nº 5 respectivamente en la tabla de yardas de carreras) es uno de los grandes atractivos de la jornada en toda la NFL. Sin embargo, que nadie se extrañe si las dos grandes defensas de Minnesota y St. Louis les roban el protagonismo. De hecho, ninguno de los dos equipos cuenta con un juego de pase que le quite el sueño al rival, por lo que toda la atención recaerá en los corredores.
Pronóstico: St. Louis 12, Minnesota 17
Atlanta Falcons @ San Francisco 49ers (domingo a las 22:05)
El debut de Blaine Gabbert dejará de ser la noticia toda vez que se inicie el partido. El ataque de Atlanta lleva cuatro semanas perjudicándose a sí mismo con errores de concentración, sin embargo el domingo Kyle Shanahan se encargará de que sus hombres le dejen en buen lugar delante de los que no le quisieron contratar hace unos meses.
Pronóstico: Atlanta 27, San Francisco 13
Pronósticos Semana 8: 3-0
Pronósticos 2015: 18-8