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Tercer partido series mundiales

Los Mets confían en remontar y todo empieza por ganar hoy

Con la llegada del Clásico del Otoño a Nueva York, los Mets esperan poder cambiar el tono de la final y volver a meterse de lleno en ella.

Citi Field, estadio de los Mets. Vivirá hoy el tercer partido de las series mundiales.
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Ya se han disputado un total de dos partidos en las Series Mundiales del 2015 en la MLB y tras el recital en tantas y tantas facetas del juego llevado a cabo por los Kansas City Royals en el Kauffman Stadium de la ciudad de las fuentes y que le ha permitido alzarse con un 2-0 en la eliminatoria y estar a medio camino de su primer título en tres décadas, uno pudiera pensar que las Series ya han acabado nada más empezar.

Que nadie se lleve a engaño. Este no es un deporte cualquiera. Es el béisbol y aquí, puede y suele pasar absolutamente de todo.

A ese mantra quiere agarrarse con uñas y dientes unos New York Mets que han regresado a casa magullados como nunca y que han encontrado la horma de su zapato en el incansable turno de bateo de los Royals. En las eliminatorias anteriores, contra equipos tan bien plantados como Los Ángeles Dodgers y Chicago Cubs, los Mets fueron casi siempre o siempre al mando de las operaciones e incluso no fueron en ningún momento por detrás del marcador en las Series de Campeoanto de la Liga Nacional contra los Cachorros.

Pero las Series Mundiales han demostrado ser un escenario bien distinto y que ha dejado descolocada a la franquicia neoyorquina, que contaba ni más ni menos que con Matt Harvey y Jacob deGrom, dos extraordinarios lanzadores que, a pesar de estar en un terreno desconocido para ellos ya que no han alcanzado nunca tal nivel de lanzamientos y entradas en su carrera deportiva, eran magníficas opciones para sacar un balance positivo de su visita a Kansas City.

En el béisbol, siempre se dice que los buenos lanzadores SIEMPRE GANAN a los buenos bateadores. Bienvenidos al mundo real. Bienvenidos a las Series Mundiales del 2015.

Esa capacidad de lograr el bateo y fallo por parte de todo pitcher y especialmente en gente tan capaz de ello como Harvey y deGrom ha sido puesta a prueba y de qué manera en los dos primeros encuentros. Harvey promediaba un 37,2% antes de la final y en ella logró un 17.9%. DeGrom estuvo incluso más abrumador antes de la final, un 36.5·% y contra Kansas City logró un paupérrimo 6% (3 swings y fallos en 94 lanzamientos).

Antes de precipitarnos y decir que estos pitchers de los Mets están sobrevalorados, que no valen para octubre o cualquier otra conclusión peregrina, quizás habría que simplificar todo ello y reconocer que no es tanto demérito del grupo de lanzadores de los Mets sino mérito de los infatigables bateadores de contacto de Kansas City.

Los pitchers de los New York Mets encontraron la horma de su zapato en los bateadores de los Royals, su antídoto, su kryptonita.

Y a todo esto llega Noah Syndergaard, apodado Thor, un rookie que incluso fue considerado para abrir el Clásico del Otoño pero que se vio relegado finalmente al tercer puesto y, potencialmente a un séptimo choque. Syndergaard no es un novato cualquiera, sino un tipo que ha lanzado a 100 millas por hora en estos playoffs aunque también hemos visto que la velocidad no ha supuesto un problema para los Royals.

Syndergaard es un alumno aventajado para su edad, uno que habrá tomado muy buena nota de lo logrado por Harvey y deGrom y que, de mutuo acuerdo con los entrenadores del club, espera haber diseñado un plan de ataque que esta vez funcione para meter de lleno a los Mets en la final. Como bien se sabe, todo comienza con una sólida actuación de tu pitcher abridor y Syndergaard debe ser capaz de realizarlo si quieren tener un futuro.

A pesar de la sensación de urgencia lógica que se ha adueñado de la afición neoyorquina, hay que tratar este encuentro en solitario, como uno que hay que ganar y no pensar en futuras jornadas sino centrarse en el presente.