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ATLANTA FALCONS

La ofensiva en Atlanta debe espabilarse, y pronto

El ataque dirigido por Ryan sufre una baja natural en su desempeño y aprovechar el buen momento de Freeman le ayudaría a retomar su nivel.

Matt Ryan y Devonta Freeman.
Wesley HittAFP

La victoria, fea, por cierto, de Atlanta sobre Tennessee, es indicio de que los Halcones están en un momento clave de su temporada. Y no es que el rol de juegos les presente muchas dificultades las próximas semanas.

Los Halcones iniciaron la campaña con cinco victorias al hilo con base, principalmente, a una ofensiva explosiva, pero en las últimas dos semanas, su ataque ha sufrido una ligera baja natural en su desempeño, aspecto que se nota en el rendimiento del quarterback Matt Ryan.

El ataque de los Halcones promedió 406.2 yardas por juego durante su marcha perfecta, pero en los últimos dos partidos, la derrota en Nueva Orleans y la estrujante victoria sobre Tennessee, un equipo limitado en talento y mermado por las lesiones, el ataque dirigido por Ryan bajó su producción a 395.5.

La diferencia no es mucha, pero es más notable en la ofensiva aérea. En los primeros cinco duelos, el promedio de yardas por pase de Atlanta fue de 280.2 y bajó a 257.0 en las últimas dos semanas.

Es en este punto en el que el papel del corredor Devonta Freeman cobra relevancia, pues, aunque no ha anotado en los últimos dos partidos tras hacerlo ocho veces en los primeros cinco, su producción le permite avanzar al ataque de los Halcones.

Freeman promedia 108 yardas en los dos últimos juegos. En los primeros cinco esa cifra fue de 81 yardas y en ambos casos su cociente en acarreos es de 19, es decir, Freeman no sólo ha elevado su desempeño, prácticamente se ha convertido en el alma de su ataque, pues cada vez que ha llevado el ovoide, Atlanta ha avanzado 5.7 yardas en promedio.

Asimismo, la producción de puntos ha bajado, esa sí drásticamente, pues de los 32.4 puntos que promediaron en las primeras cinco semanas, bajaron a 15.5 en los últimos dos partidos.

A la defensiva, los Halcones han mejorado ligeramente, en especial su defensa aérea, pero en lo general mantienen el rendimiento, lo que se refleja en un aspecto que se relaciona directamente con la producción ofensiva.

Durante su racha invicta, Atlanta permitió 22.8 puntos por juego. En los últimos dos han tolerado 19.0. Al ataque, los Halcones anotaron 32.4 puntos por partido en su marcha invicta, cociente que bajó a 15.5 en los últimos dos y que pone presión a la defensiva.

De ahí la encrucijada en la que está Atlanta a causa de su ataque, que batalló ante dos defensivas, la de Nueva Orleans y Tennessee, sin demasiados argumentos para algo así.

En las siguientes semanas, los Halcones tienen duelos San Francisco, Indianápolis, Minnesota y dos con Tampa Bay, escuadras sin defensivas que quiten el sueño y que le podrían permitir al ataque comandado por Ryan volver a entrar en ritmo.

Ryan y compañía deberían considerar la victoria sobre Tennessee una llamada de atención, ya que no pueden darse el lujo de jugar al nivel de sus rivales, pues su defensiva no parece lista para cargar con el club.