Las Series de Campeonato aún no han empezado de verdad

Es cierto que leyendo el titular uno puede pensar que el que escribe esta columna se ha despistado con el calendario o directamente no se ha enterado que desde el fin de semana hay cuatro equipos peleando por dos plazas en el clásico de otoño.

Pero voy a hacer una mía una frase que le he escuchado durante muchos años a Pat Riley, mítico entrenador de la NBA y ahora general manager, y es que los playoff no empiezan hasta que se logra una victoria fuera de casa. Bien es cierto que el baloncesto y el béisbol sólo se parecen en que ambos deportes empiezan por la letra b, pero la sentencia parece apropiada.

En las series de división, el factor campo saltó por los aires si no en el primer enfrentamiento en el segundo, y ello nos deparó unas emociones de las que todavía tenemos pendiente recuperarnos.

Las series de campeonato, sin embargo, se han saldado hasta ahora, siempre con victoria local y todavía estamos esperando que algún equipo de un puñetazo encima de la mesa y salte la banca.

A punto estuvieron de dar el pelotazo, nunca mejor dicho, los Blue Jays en el segundo partido en Kansas pero los Royals, en la séptima entrada, anotaron cinco carreras como cinco soles para que la victoria se quedara en el estado de Misuri, demostrando quién es el Sheriff de ese condado. Los Reales preparon el contraataque colocando a Cueto en el montículo en el tercer partido pero la jugada les salió rana.

Los azulejos batazo va, batazo viene, anotaron once carreras colocándose a una sola victoria de empatar la serie. Poco importó que Stroman cediera ocho carreras ya que cuando a los canadienses les funciona el bate lo único que queda es admirar el vuelo de las bolas. Esta noche, los Royals colocan a Chris Young en la loma para ver si este forajido logra robar el botín al norte de la frontera.

Por su parte, los New York Mets viajan hasta el estado de Illinois para tratar de arañar al menos una victoria en los dos próximos partidos. Los Cubs salieron del segundo partido en Citi Field con una herida que, si bien puede cicatrizar, también puede provocar que se desangren y se ahoguen en la orilla. Maddon confiaba en Arrieta para llevar la serie empatada a Wrigley Field pero los Mets le endosaron cuatro carreras con home run incluido. Hasta la manzana aplaudió la estupenda actuación de los metropolitanos.

Sin embargo los cachorros no están acabados ni mucho menos, confían en que su público les lleve en volandas hasta las Series Mundiales y esperan que el miedo escénico, tan conocido en Europa, encoja el brazo de deGrom. La tarea no es fácil como bien pueden relatar todos los seguidores de los Dodgers que vieron como ese flacucho y melenudo con pinta de bajista de algún grupo de Seattle les ganó dos partidos.

A unas horas de que Marty McFly aparezca en nuestro tiempo conduciendo el Delorean, podemos afirmar que estamos viviendo, series de campeonato incluidas, unos de los mejores play off de la historia.