Argentina: de los Pumas de Bronce a la nueva esperanza
El talentoso equipo de 2007, tercero, encuentra heredero en el combinado actual, fruto de casi una década de progreso y preparación exhaustiva.
Argentina vive un momento histórico en el ámbito rugbístico. Afrontará los cuartos de final del Mundial este domingo (14:00 horas) ante Irlanda, algo que ya ocurrió en otras ocasiones, pero el trasfondo es distinto. El mejor registro histórico es el tercer puesto en Francia 2007, cuando los afamados Pumas de Bronce derrotaron a la anfitriona Francia en el choque inaugural e incluso en la final de consolación. En la fase de grupos dejaron fuera a Irlanda, la que será su rival este domingo, Namibia y Georgia.
Las comparaciones entre los Pumas de Bronce y la versión actual argentina es un argumento socorrido pero son muchas las diferencias deportivas. En aquel equipo, algo más veterano, jugaban primeras espadas de las competiciones europeas: Pichot, Roncero, Ledesma, Albacete, Corleto o Felipe Contepomi. En esta Argentina el proceso es inverso. Entonces los jugadores emigraban a Europa buscando grandes contratos, ahora son repescados por la nueva franquicia del país albiceleste.
Argentina ha crecido. Desde su entrada en el Rugby Championship para medirse cada año a Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda, la distancia respecto a las grandes potencias del Sur se ha reducido. A los Springboks ya les derrotó este año, y en el anterior hizo lo propio con los Wallabies. El año próximo contará con un equipo en el Super Rugby, una franquicia que estará armada con la mayoría de jugadores de los Pumas en la actualidad.
Toda una vida juntos. Los Pumas de Bronce fueron producto de un grupo de magníficos jugadores que prosperó en grandes clubes europeos. La Argentina actual forma parte de un proyecto a largo plazo. Desde edad temprana muchos de estos jugadores han competido juntos, han compartido conceptos en los Pladares y Cedares (versión albiceleste de los CAR españoles). De ahí el gran rendimiento de una selección muy joven. Petti y Lavanini, los segunda línea, no pasan de los 22 años; en la tercera también Matera e Isa son de dicha generación. No superan los 25 otros como Ortega Desio, Moroni, De la Fuente o Cordero... Argentina no tiene techo y si su papel en Inglaterra ya está siendo bueno (gran partido de arranque pese a la derrota frente a los All Blacks), en Japón 2019 podrían llegar al mismo nivel o superior que las potencias europeas. El domingo, ante Irlanda, tiene una cita histórica en cuartos de final.