Resulta que Kershaw sabe ganar en octubre

Mucho se había escrito antes del comienzo de estas series entre Los Ángeles Dodgers y los New York Mets sobre la capacidad que tendría el mejor pitcher del planeta, llamado Clayton Kershaw, para rendir tal como se espera de él en el momento más importante de la temporada.

Kershaw no es un cualquiera. Ha ganado tres de los últimos trofeos Cy Young, que bien podría haber sido cuatro de cuatro, y es el vigente MVP de la Liga Nacional. En un año en el que ha brillado con una luz cegadora después de un dubitativo inicio de campaña, ha acabado logrando más 300 strikeouts en la segunda menor cantidad de entradas de todos los tiempos, sólo por detrás de Pedro Martínez en 1999 y que habla alto y claro sobre su dominio en la loma.

Pues bien, el récord de 1-6 y 4.99 de efectividad en playoffs dejaba claro que Kershaw era capaz de lanzar y ganar en junio pero no daba la talla en octubre. ¡Error! Hay muchos factores que han influido a la hora de tener esa marca aparte de esa pizca de suerte que siempre viene bien pero es que octubre, con todo lo grandioso que puede ser también puede ser injustamente cruel ya que con un lanzamiento se puede venir abajo toda una extraordinaria actuación, que es lo que le ha pasado muy a menudo, especialmente en la séptima entrada.

De todas formas, todo esto no es nuevo. Elegid el deporte que sea y siempre habrá una gran superestrella del que se diga que no sabe rendir con el título en juego. Los nombres nos pueden sonar a todos: Lebron James, Cristiano Ronaldo, Peyton Manning, John Elway, Barry Bonds, Randy Johnson. Todos ellos, ABSOLUTAMENTE TODOS han sido cuestionados hasta… que dejaron de serlo, una vez que ganaron el ansiado título o rindieron como se esperaba.

Un Kershaw no tan descansado, con únicamente tres días de descanso, los Dodgers han sido capaces de igualar una serie que volverá a California con un duelo de los que hacen época: Zack Greinke contra Jacob deGrom, con el honor de buscar el billete que les lleva a ejercer como anfitriones a los Chicago Cubs que están en una nube y que les esperan en las Series de Campeonato.

Con la temporada en juego, Kershaw estuvo soberbio, lo que es muy habitual en él y, en esta ocasión, ni la séptima entrada ni el abandono generalizado por parte del bullpen de los Dodgers, evitó que volviera a caer derrotado. Si hay alguien capacitado para lanzar con ese mínimo descanso es Kershaw, que mejora sus datos en postemporada hasta el 1.89 de efectividad en 19 entradas con 23 strikeouts.

La séptima entrada, que es el punto de inflexión de muchos lanzadores titulares al tener que enfrentarse por tercera o cuarta vez a los rivales, tampoco supuso un problema y eso que su ERA en ese momento de los playoffs era superior al 70 cuando en el global de su carrera deportiva es de sólo 2.43.

Kershaw dio un absoluto clinic con una actuación dominante. En las últimas tres temporadas, ha lanzado en 43 partidos en los que ha permitido una carrera o menos lanzando un mínimo de siete entradas. Luego viene Félix Hernández con 35. Nadie más llega a las treinta. Eso es, amigos, completo dominio.

Ahora, la campaña de los Dodgers está en manos de Zack Greinke, que no se verá alterado ni por nada del mundo en relación con el maravilloso duelo que le enfrentará a deGrom en un encuentro que puede marcar época.