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Alabama deja de ser favorito seis años después

El equipo de Nick Saban ha sido el favorito de los apostantes en 72 partidos seguidos en el football universitario. Esa racha se acaba frente a Georgia.

El entrenador de Alabama, Nick Saban, tendrá un interesante rival para este fin de semana.
Kevin C. CoxAFP

Alabama y Georgia se enfrentan esta noche en el partido más importante de lo que va de año en la NCAA Football. Hay algunas voces que dicen que es el más importante de toda la temporada, y los hay que van más allá y creen que es el más importante del último lustro. No es necesario pasarse de frenada porque hay un dato que explica lo que puede suceder hoy a las neve y media de la noche (hora española): Alabama deja de ser favorita tras 72 partidos, seis años, siéndolo de forma consecutiva, la racha más larga de la historia de una competición que, recordad, comenzó en 1869. Sí, con los indios, los vaqueros, los saloones y la hija del boticario, cruzando el Río Grande con 2.000 cabezas de ganado, Johnny.

Desde que Alabama está entrenada por Nick Saban, donde aterrizó en el año 2007, decir que es una de las grandes potencias de la competición de football de la NCAA es quedarse muy corto. Ha ganado tres títulos nacionales y ha estado en la pelea por todos los demás casi cada año. A una jugada o un partido, en toda una temporada, de quedarse con un nuevo campeonato. Su potencia para reclutar muchachos en todo el sur de los Estados Unidos, en el llamado territotio SEC (la conferencia más poderosa), ha sido imponente, dejando a sus rivales directos a sus pies. Ha mandado docenas de jugadores a la NFL, donde algunos han triunfado de forma significativa como Mark Ingram, Julio Jones, Marcell Dareus o Eddie Lacy.

De hecho, la última vez que Alabama no fue favorita en un partido fue en la final de la SEC del año 2009, donde les esperaba la Florida de, ojo que vienen curvas, Tim Tebow, los hermanos Pouncey, Aaron Hernández, Joe Haden o Brandon Spikes. Cuidado. Y, aún así, ganó Alabama por 31 a 13.

Han pasado casi seis años. Es por eso que tiene tanta importancia el encuentro de hoy. Georgia, liderada por esa fuerza de la naturaleza, esa estrella esperando a explotar en todo su esplendor que es Nick Chubb, necesita ganar hoy. Todo el país estará viendo el encuentro. Todos quieren saber si, de verdad, se ha acabado el reinado de Alabama y, al fin, Georgia está capacitada para pelear con los "chicos grandes".

El hecho de no confiar en los de Nick Saban viene de su derrota reciente frente a Ole Miss que, además, es el segundo año consecutivo que se produce. La temporada pasada tuvieron una respuesta enorme, a la altura de su leyenda, tras aquella derrota, pero en este 2015 les espera una Georgia que ha olido sangre y que quiere su lugar en la cima.

No será fácil, eso que nadie lo dude, pero las implicaciones de la derrota de Alabama serían profundas. En el más estricto corto plazo, quedarían a merced de demasiados equipos para la ganar la SEC. E, incluso si consiguieran llevarse la conferencia, lo cierto es que verles con dos derrotas alimentaría un debate encendido acerca de si merecen estar en el playoff o no. Pero, alargando la vista, su capacidad para ser un agujero negro que absorva todo el talento que se le ponga por delante, de su estado, de estados limítrofes, leñe, hasta de las costas Este y Oeste, se llevaría un buen mazazo; Georgia, por ejemplo, ha sido vencida por su rival en su mismo estado a la hora de convencer a los chicos más talentosos del mismo, y eso podría cambiar con una derrota hoy.

Las cosas nunca son tan extremas como nos parecen en un primer vistazo, y luego aún quedaría temporada, pero lo cierto es que nunca el imperio de Alabama ha estado, en el último lustro, tan en entredicho como hoy. A Georgia le corresponde el rematar la faena iniciada por Ole Miss. Y podéis estar seguros que están deseando hacerlo.