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Si St. Louis quiere ser campeón, necesita a Yadier Molina

En un momento en el que nos encaminamos hacia las dos últimas semanas de la temporada regular de la MLB y con el consiguiente debate de quién debe ser el MVP, el Cy Young, el rookie del año y demás debates que no serán resueltos hasta el mes de noviembre, hay que pensar en ese jugador que, si bien no obtiene ni obtendrá ese definitivo reconocimiento a la hora de valorarle como el jugador más valioso de su liga, lo es a ojos de todos los integrantes de su plantilla.

Ese hombre es Yadier Molina para los St. Louis Cardinals.

Es cierto que Yadi no es el jugador que mejor media de bateo presenta en los Cards. Si buscas a ese jugador lo encontrarás en Jason Heyward y su .288. Tampoco es el que más home runs ha logrado, sino que es Matt Carpenter con 22. Ni el que más carreras impulsadas ha conseguido en 2015 ya que vuelve a estar presente Matt Carpenter con sus 77 carreras producidas.

Sin embargo, la importancia va mucho más allá de lo que pueda hacer en ataque, que suele ser el baremo a la hora de valorar a esa clase de jugador que marca diferencias y que logra que el equipo alcance su máxima expresión.

El rol al que me refiero es el que tiene Yadier Molina a la hora de sacar el máximo partido a la actuación de los lanzadores de los Cards y es que el boricua es único cuando tiene que inyectar confianza total en un grupo de pitchers que no deja de sorprendernos y que ha madurado a ojos vista a lo largo del 2015 a pesar su insultante juventud.

Todo esto cobra especial relevancia cuando se ha conocido que Yadier Molina sufre de una rotura parcial del ligamento del pulgar de su mano izquierda, una lesión que produjo durante un barrido en el home plate mientras Anthony Rizzo de los Cubs intentaba anotar carrera en la serie que ha enfrentado a ambos clubes.

El alcance de la lesión todavía es desconocido ya que volverá a ser reevaluado en un plazo de una semana y será entonces cuando sepamos el impacto que podría tener la hipotética baja de Molina de cara a unos playoffs que están a la vuelta de la esquina.

El 2015 no ha sido el mejor de los años en el plate para Yadi, con una alarmante falta de pegada a la hora de conectar. El portorriqueño se ha visto muy limitado a la hora de producir sus dobles y home runs y no queda claro si eso es consecuencia de un Molina mucho más perfilado, que ya no es ningún jovenzuelo y que tiene siempre por delante la exigente labor de catcher para más de 135 partidos en una temporada cualquiera.

La capacidad de contacto para Yadier sigue estando ahí con su marca de .270 pero el slugging ha ido desplomándose desde los niveles en los que fue serio candidato al MVP en 2012 y 2013 (.501 y .477 respectivamente) hasta un impropio .350 para su estándar en 2015, que le ve como alguien que logra más hits de primera base que dobles y home runs.

Donde Yadier no ha decepcionado en su gestión tras el plate, donde es universalmente reconocido como el mejor catcher defensivo de su generación con sus siete Guantes de Oro, y vuelve a liderar a los jugadores en su puesto de receptor en partidos (134) y entradas (1149).

Aunque los pitchers de St. Louis son los responsables últimos de ejecutar los lanzamientos que quiere Yadi, su calmada y reafirmante presencia detrás del plate ha obrado maravillas para que los Cards lideren la MLB en ERA con su 2.90.

Todavía es pronto para valorar las opciones de los Cardinals de cara a su futuro en octubre pero si Yadier Molina no está con ellos, el equipo será otro cuando empiece la hora de la verdad. St. Louis con Yadier Molina detrás del plate, ha ganado el 58.6% de los partidos desde 2010. Sin él, sólo el 49.5%.

Si finalmente no estuviera, los Cardinals tendrán que sacar fuerzas de flaqueza y sobreponerse a la adversidad como están haciendo otros equipos que buscan llegar a la Tierra Prometida.

Nadie dijo que esto fuera a ser fácil…