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PACKERS 27 - SEAHAWKS 17

Los Packers hunden a los Seahawks en la incertidumbre

Los de Rodgers tuvieron que luchar en el tercer cuarto para ganar. 0-2 y colista de la NFC Oeste, Seattle echa de menos a Kam Chancellor (en huelga) y llora su floja línea ofensiva.

Actualizado a
Russell Wilson y Shead, jugadores de los Seahawks, se marchan de Lambeau Field tras perder ante los Packers.
AFP

Los Packers vencieron a los Seahawks 27-17 en un partido que casi se le esfumó a los locales en el tercer cuarto. Seattle sigue echando de menos a Kam Chancellor y llora su floja línea ofensiva. Green Bay lidera la NFC Norte (2-0), pero cruza los dedos por que la lesión de Eddie Lacy no sea grave...

La previa del Green Bay-Seattle, a muchos, nos recordaba a Brandon Bostick y la pasada final de conferencia NFC. El ex de los Packers, que falló en su intento de atrapar un ‘onside kick’ que habría sellado la presencia de su equipo en la Super Bowl (ahora está en la escuadra de entrenamientos de los Cardinals) sólo le pide una cosa a la vida: “Tengo pesadillas con aquel balón. Sólo ruego que algún día se me llegue a recordar por otra cosa, me da igual lo que sea...”. [En una espeluznante columna de Sports Illustrated del pasado mes de febrero].

El consenso entre los que cubren la NFL para AS fue que la culpa no era de Bostick, sino de Mike McCarthy (por cierto, ¡un jodido clón del actor Jack Black!) y su planteamiento conservador. Ahí discrepo porque el caso es que, de haber atrapado aquel balón sin cobertura, Green Bay habría luchado la gran final ante New England...

En fin... A lo que voy es que, nada más dar comienzo este partido de Sunday Night, todo recuerdo de aquella final de conferencia desapareció.

Para empezar, la situación de ambos equipos era muy diferente. A diferencia de aquel partido, Green Bay no pudo contar con su receptor estrella, Jordy Nelson (fuera todo el año por lesión). Rodgers estaba mucho más fresco y cada punto del Pack se celebrara como algo positivo... y no como hito de la humanidad (como en enero, a raíz de su condición de no favorito). También, ayer se le lesionó Eddie Lacy (tobillo), y el veterano James Starks [94 yardas en 20 intentos] tomó las riendas del juega de carrera.

Del lado de los Seahawks, la línea ofensiva no era ni espectro de lo que era la temporada pasada. Y eso impidió que luciera fortalezas de su ataque como Lynch (ayer, apenas 2,7 yardas por carrera) y explotar la presencia de Jimmy Graham [dos intentos de pase, 21 yardas] en su arsenal ofensivo.

Uno de sus dos touchdowns, de hecho, vino anecdóticamente por parte del runningback más mayor de toda la liga: Fred Jackson (el mítico ex de los Bills, de 34 años). Que también, irónicamente, cometió el fumble que acabó con las esperanzas de los Seahawks.

En defensa, el pueblo de Seattle sigue clamando por una mejora de contrato a Kam Chancellor... Un eje fundamental de su zaga cuya importancia se hace cada vez más patente con cada partido que se niega a jugar. La Legión del Boom (mote de la secundaria), sin él, es la legión del ‘umm...’. Hasta el propio Richard Sherman fue el gran culpable de 10 de los 13 puntos que marcó Green Bay en la primera parte.

Pero Seattle, al fin y al cabo, es Seattle... La única franquicia de la historia en ir por delante en el marcador en sus últimos 50 partidos consecutivos de temporada regular. Y Russell Wilson mostró destellos de calidad durante la segunda parte, aquellos que llevaban algo escondidos desde su multimillonaria renovación en verano.

Pero Green Bay con Rodgers al mando y, al contrario de su rival, es el equipo que lleva siendo desde hace años: siempre fiable en ataque y lo suficientemente efectivo en defensa. Poco importa que no esté Nelson, gracias a la segunda juventud de James Jones (un touchdown y otro anulado), el tocayo de Aaron —Richard Rodgers— (un touchdown) y el siempre-presente Randall Cobb: 116 yardas.

Ahora Seattle tendrá que reflexionar y despejar sus fantasmas. La franquicia de Seattle, presente en las dos últimas Super Bowls, es colista en solitario de la NFC Oeste (0-2) y se acerca peligrosamente al 0-3; conocido popularmente como el ‘punto de no retorno’ en esto de la National Football League.