Sin sospechas de nada, Brady arrolla a Pittsburgh
El quarterback de los Patriotas se despacha con cuatro pases de TD, tres a Gronkowski, para vencer con relativa facilidad a los Acereros por 28-21.
Tom Brady saltó al campo del Gillette Stadium aclamado como pocas veces. Quizá como nunca en su carrera. Para los aficionados en Foxboro, el héroe se convirtió en mártir, al menos por una noche.
Brady se reivindicó tras el tormentoso receso de temporada que sufrió con los cuatro pases de anotación que lanzó con los balones más y mejor supervisados en la historia de la NFL, mismos con los que guió a Nueva Inglaterra a vencer 28-21 a Pittsburgh en el arranque de la Temporada 2015-16.
A eso se arriesgó el comisionado Roger Goodell cuando empujó al límite el caso Deflategate, a convertir en Brady en mártir y a él mismo en persona non-grata en Foxboro.
Así lo manifestaron los aficionados, que con el triunfo en la bolsa comenzaron a gritar: “Where is Roger?” (¿Dónde está Roger?).
Goodell había asistido a los juegos inaugurales de años pasados, pero hubiera sido políticamente incorrecto asistir al Gillette Stadium.
Lo que es irrefutable es que la polémica no deja en paz a los Patriotas.
En el primer medio del duelo de anoche, los Acereros informaron que en los audífonos de intercomunicación entre los coaches se filtró la transmisión de la estación de radio de los Patriotas.
La NFL rápidamente atendió el asunto y le quitó la señal al sistema en la banca de Nueva Inglaterra para equilibrar la situación y más tarde solucionó el problema y todos contentos. Pero ante las acusaciones contra los Patriotas, esto sólo abonó a su mala imagen.
Por su lado, en el campo de juego, Brady, quien completó 25 de 32 envíos para 288 yardas, hizo lo que mejor sabe: conectarse con sus sus aliados Julian Edelman y Rob Gronkowski para hacer lucir mal a la otrora orgullosa y dominante defensiva acerera.
La defensiva de Pittsburgh falló en sus coberturas, dejó sin marca a Gronkowski en un par de ocasiones y cuando eso sucede, con o sin balones desinflados, Brady suele aprovecharlo al máximo.
Así llegó la primera anotación de la naciente temporada, con un Gronkowski solo en la banda y que sólo tuvo que eludir a un desesperado defensor para entrar a las diagonales.
Gronkowski terminó con cinco recepciones, tres para touchdown, y 94 yardas, 52 de ellas en otro error de cobertura de los Acereros que le permitió preparar el terreno para la que fue su tercera anotación y con la que, con 9:24 minutos por jugar en el último cuarto, prácticamente selló el triunfo de los Patriotas.
Edelman, con 11 pases en sus manos para 97 yardas, fue el caballo de batalla de Brady atrapando balones frente a los linebackers y por las bandas y con los que Nueva Inglaterra avanzó casi a placer.
Para cuando los ajustes a la defensiva le permitieron a Pittsburgh minimizar el daño de Edelman, Brady ya repartía responsabilidades para manejar el ritmo del partido.
Y mientras el ataque de los Patriotas funcionaba como reloj, los Acereros se encargaron de dispararse a sí mismos en el pie con dos intentos de gol de campo errados por el pateador Josh Scobee, quien fue contratado para suplir al lesionado Shaun Suisham.
Irónicamente, la línea ofensiva de Pittsburgh, el talón de Aquiles desde hace varios años de su ataque, tuvo un buen desempeño abriendo espacios para que DeAngelo Williams pudiera explotarlos por la vìa terrestre, pero Ben Roethlisberger no pudo capitalizarlo con puntos en el marcador.
Y cuando pudo hacerlo en el segundo cuarto, el pase que envió y que Derruís Heyward-Bey atrapó en las diagonales fue marcado incompleto porque el receptor no pudo evitar sacar por unos centímetros el pie derecho de la zona final.
Pittsburgh tuvo que conformarse con el primer gol de campo acertado por Scobee, pero en una noche en la que los Patriotas deseaban jugar por nota, eso no es suficiente.
La buena noticia para los Acereros es que, pese a las ausencias del corredor Le’Veon Bell y del receptor Martavis Bryant, su ataque caminó con eficiencia en Foxboro. Pero, con equipo completo o no, Brady no iba a dejar que nadie arruinara la celebración de los Patriotas y menos una noche en la que demostró que puede ganar sin sospecha alguna.