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NFL- Patriots-Steelers

Empieza la mejor temporada de la NFL de la historia

No es una afirmación temeraria, ni mucho menos, sino una certeza. ¿O acaso cada temporada de la NFL no es siempre la mejor de la historia?

¿Puede haber hoy en el mundo alguien más feliz que los aficionados a la NFL?
Justin EdmondsGetty Images/AFP

¡Todos a sus puestos de combate! ¡Esto no es un simulacro! Empieza la NFL. No os frotéis los ojos, dejad de pellizcaros. ¡Es real! El eterno transito anual por el desierto ha terminado. Los Patriots con las pelotas hinchadas se enfrentan a los Steelers de Villanueva y yo no sé vosotros, pero un año más tengo la sensación de que la revolución me vuelve a pillar en la cama.

Ha sido una pretemporada apasionante. De esas que le gustan a Goodell, porque los aficionados mantienen la atención en la NFL, sin despistarse con otros deportes absurdos que a nadie le interesan (léase cualquier deporte que no sea el football). Pero lo que no le habrá gustado tanto al comisionado habrá sido que él, precisamente él, ha sido el máximo protagonista. Un oasis recurrente, con pelillos rubios en vez de palmeras, que ha convertido la NFL en un escándalo permanente. Y no creo que sea un espejismo pensar que Goodell volverá a ser el gran protagonista de la próxima offseason si los propietarios terminan por enseñarle la puerta de salida (Es verdad, estamos dando los últimos pasos por la arena y ya estoy pensando en el desierto de 2016, pido disculpas).

Después del escándalo Spytgate, los Patriots firmaron una temporada perfecta, aunque la guinda final se la birlaran los Giants. ¿Serán capaces de repetir la hazaña tras el escándalo Deflategate? La madrugada del jueves todos estamos pendientes de tito Bill, intentando discernir si le han quedado fuerzas para lanzar una maldición al resto de sus rivales. Ya sea con sudadera sin mangas o escondido bajo una capucha, haciendo trampas o en la más legítima legalidad, Belichick sigue siendo el mejor entrenador de la NFL actual, el que más trabaja, el que solo piensa en clave de football y el que sabe resolver problemas antes de que se produzcan. Y el problema que tiene este año con su secundaria parece de aúpa. Pero como con ella sea capaz de frenar los fuegos artificiales de Big Ben y compañía, la fiebre por comprar pañales va a adelantar a este viernes el tradicional Black Friday de Acción de Gracias.

Los aficionados españoles y mexicanos tenemos este año dos alicientes muy especiales. Alejandro Villanueva en los Steelers. Shayne Skov en los Niners. La NFL empieza a hablar español y ambos jugadores no llegan como estrellas fugaces, sino que tienen hechuras y calidad para arrastrar a muchos nuevos aficionados latinos a nuestro deporte favorito en los próximos años.

¿Quién va a ganar? La pregunta más repetida y más difícil de contestar. Y este año con más razón que nunca, porque a los tradicionales aspirantes se va a unir un puñado de equipos que pueden saltar la banca desde el primer día.

Roger, no te pongas triste. En el fondo te queremos. No sé cómo soportaremos el viaje de febrero a septiembre el día que nos faltes.
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Roger, no te pongas triste. En el fondo te queremos. No sé cómo soportaremos el viaje de febrero a septiembre el día que nos faltes.Lucy NicholsonREUTERS

Ganar, lo que es ganar, con Chip Kelly ganaremos todos, porque cada partido de los Eagles promete convertirse en un festival de puntos en una carrera de fórmula 1. Máxima frescura y ambición para poner la NFL patas arriba. Los Eagles miran a la mayoría de sus rivales desde arriba en todos los power rankings, pero la durabilidad de una plantilla obligada a vivir al límite sigue despertando dudas, que la gasolina no es interminable y menos cuando se pisa a fondo.

Dolphins, Lions, Vikings, Chiefs, Bills, Texans… vienen desde atrás pisando fuerte. Entre el draft de 2014, plagado de receptores y quarterbacks, y el de 2015 con su avalancha de corredores, quien más quien menos ha conseguido reunir en su ataque dos o tres elementos capaces de darle la vuelta a un partido. Y eso ha reducido las diferencias en una NFL en la que los quarterbacks móviles comienzan a imponer su dictadura, y los tipos que nos enamoraron ganando batallas con los pies plantados como columnas de acero están en peligro de extinción.

Y ya que hablamos de extinción, el que se nos apaga lentamente es Peyton Manning. Durante el mes de septiembre los aficionados seguiremos sus partidos como quien ayuda al abuelo a bajar las escaleras, con un sobresalto tras cada duda y extraño. Estoy seguro de que en octubre habrá sentencia firme. El quarterback tendrá que dejar su sitio, aunque todos viviremos en un mundo extraño dentro de una NFL que ya no concebimos sin él, o nos sentaremos aliviados, confirmando que lo del año pasado fue un accidente, para disfrutar el regalo de un año más de un tipo irrepetible que si juega a su nivel volverá a aspirar al anillo con unos Broncos que lo tienen todo bueno.

Siempre disfruto con la NFC Este más que con ninguna otra. Sus duelos fratricidas quizá no tengan la tradición milenaria de otras divisiones, pero siempre se convierten en ruletas rusas. Giants, Cowboys, Eagles y Redskins. La eterna batalla de los eternos aspirantes que eternamente decepcionan… hasta que dejan de hacerlo. Pero este año voy a girar mi periscopio. Si me tuviera que quedar con una sola división, sin duda apostaría por la NFC Norte. No me sorprendería que la final de la conferencia Nacional fuera un choque brutal entre dos de estos tres equipos: Vikings, Packers y Lions. Y no sabéis lo que lamento que no se hayan atrevido a que la fiesta de retirada del 4 de Favre en Lambeau Field se celebrara el mismo día que un Packers-Vikings que huele a partido memorable, y que sería especialmente simbólico y firma definitiva de la paz.

Y si nos fijamos en la Americana, la Este promete emociones muy fuertes. Los renacidos Dolphins tienen un calendario infantil en la primera mitad de temporada, los Bills están a un quarterback sensato de ser el mejor equipo libra por libra, los Patriots llegan groguis hasta que Belichick demuestre lo contrario y los Jets, con una secundaria de lujo, pueden convertirse en jueces y parte de una guerra mundial que ya se echaba en falta en el Este.

Es la NFL. El deporte que marca nuestro reloj biológico y provoca que seamos los únicos seres de todo el universo que están deseando que termine el verano. Pero no cejéis, que en un pispas llegan los Reyes Magos, la cuesta de enero que tanto nos gusta y, sin saber muy bien cómo, estaremos de pie, contemplando un desierto infinito de arena ardiente.

¡Feliz temporada 2015 a todos!