Usain Bolt está de nuevo en Pekín: “Sólo corro para mí”
Su duelo en velocidad con Justin Gatlin, el gran atractivo de la cita mundialista. “Las cosas cambian. Ya no me basta con entrenarme tres meses”.
Es agosto de 2015 y en Pekín, el skyline, la brumosa línea de torres y hoteles de siete estrellas del Parque Olímpico recrea aquellos rascacielos envueltos en densa neblina que Ridley Scott anticipó en Blade Runner como ecosistema de Los Ángeles en 2017. En la bruma contaminada que reseca las mucosas se alza el National Stadium, el Nido de Pájaro capaz para 91.000 espectadores.
Aquí estalló en los Juegos de 2008 el Relámpago llamado Usain Bolt, el mejor velocista de todos los tiempos. El irreal Nido de Pájaro es, en realidad, el Nido de Bolt, el cubil del Relámpago. Y en este sitio terrible arranca, a partir de las 01:35 horas de esta noche en España el XV Mundial del Atletismo al aire libre: con el tiro de salida de la maratón masculina, donde el tremendo ugandés Stephen Kiprotich combatirá con la inquietante jauría de Kenia: liderada por Dennis Kipruto Kimmeto, plusmarquista mundial.
Y en el Nuo Hotel de Chaoyang apareció el Relámpago Bolt ante 200 periodistas y con una hora de retraso: desde aquel 2008, Usain es campeón de 14 títulos mundiales y olímpicos. “En este Campeonato y en este deporte, Usain Bolt puede hacer lo que quiera, es como Muhammad Ali”, proclaman los alemanes, rendidos. “Él dirá lo que quiera, pero nadie sabe realmente cómo se encuentra”, comenta Brian Cumming, veterano fotógrafo jamaicano de The Observer: una vida tras Bolt.
“Corro solo para mí. Aunque la gente dice que tengo que competir y ganar para salvar este deporte, que este deporte, el atletismo, siga adelante, es responsabilidad de todos los atletas, no solo mía. No he dado lo mejor por un problema articular pero ahora todo va bien. Cogí confianza en Londres. Hemos trabajado duro en la salida, de la que no iba muy seguro. Recuerdo 2008: vine emocionado solo con volar a Pekín. Han cambiado cosas. Ya no me basta con entrenarme solo tres meses”. Eso dijo Bolt, que llega solo como el sexto hombre más rápido de 2015 en 100 metros… pero con dos cronos de 9.87 en menos de una hora, con viento en contra, a 13 grados y entre la llovizna de Londres, el pasado 24 de julio. En 200, Usain se limita a unos modestos 20.13: el atleta número 19 del año.
El Relámpago Bolt, que hoy cumple 29 años, defenderá su reino ante el salvaje asalto de Justin Gatlin: 33 años y, tras cumplir suspensión por dopaje entre 2006 y 2010, el hombre que más rápido ha corrido más allá de los 30 años: 9.74, este mismo 2015. “No me preocupan los demás. Yo voy limpio. Las reglas están ahí y toca atenerse a ellas”, analiza Bolt. En el Mundial de Pekín se alza la Ciudad Prohibida de Usain Bolt: la final de los 100 metros, a las 15:15 horas del domingo en España, 21:15 en China. Casi como en Blade Runner, el Relámpago lucha con el replicante Gatlin. Será una cosa extraordinaria, casi increíble. Y ese momento no se perderá en la bruma de Pekín: la traspasará.