Golf | Masters de Augusta
Tiger Woods acapara los focos y McIlroy mira al Grand Slam
El Tigre reaparece en el Masters de Augusta tras dos meses inactivo. McIlroy aspira a cerrar el Grand Slam, algo que sólo hicieron Tiger, Hogan, Player, Sarazen y Nicklaus.
El número 111 del ránking mundial nunca sería protagonista en la víspera de un Masters de Augusta salvo que se tratase de... Tiger Woods. La presencia del Tigre en el National genera sentimientos encontrados. Por un lado están los fans, los que opinan que “Tiger siempre es Tiger” porque tiene 14 majors, cuatro Chaquetas Verdes y ha sido el gran embajador mundial del golf.
Y está el sector crítico, el que opina que Woods, de 39 años y tras dos meses de parón, con sus intrigas de si jugaría o no roba el foco a los verdaderos protagonistas. “Fijénse la publicidad que se ha generado en torno a él”, decía su exentrenador Hank Haney, que está en el punto intermedio: “Si compite es porque cree que tiene alguna opción”. Y Tiger, que ya no estuvo en el Masters de 2014 por lesión y dejó de jugar 60 días “por baja forma”, anunció: “La gente nunca sabrá lo que he trabajado para estar aquí de nuevo. Quiero ganar”. Pero soltó una broma ambigua: “Sé que he mejorado en fútbol, en golf no sé”.
Tiger le devuelve así la moneda mediática a Rory McIlroy, número uno mundial, que le ha arrebatado la portada del videojuego más famoso del mundo. Aunque Rors es de los que tiene a Tiger “en un pedestal”: “Marcó una generación”. El norirlandés, a sus 25 años, desembarca con cuatro majors en el zurrón (tiene dos PGA, un US Open y un British): “Sólo me fijo en conseguir el quinto y cuando lo logre, iré a por el sexto”. En Augusta, McIlroy aspira a cerrar el Grand Slam, algo que sólo hicieron el propio Tiger, Hogan, Player, Sarazen y Nicklaus, el Oso Dorado de los 18 grandes, que hoy hará el clasiquísimo saque de honor con su Big Three (él, Player y Arnold Palmer).
Más protagonismo ha perdido Bubba Watson, ganador de dos de los últimos tres Masters (2012 y 2014), que ha sido valorado como uno de los jugadores menos populares del circuito: “Debo mejorar como persona. No tengo nada contra ningún jugador, aunque me disgusta cuando me ganan”. El menú que preparó en la cena de campeones (ensalada césar y pollo) no le hizo ganar popularidad.
Y hay tres españoles. Olazábal, doble chaqueta verde, y último ganador europeo en el Masters allá por 1999. Sergio García, que no ama Augusta, pero vive instalado en el top-ten mundial (9º). Y Jiménez, “cansado de oír que Augusta es de pegadores” y que alguien con más de 50 (51 tiene) no puede ganar allí. “¿Por qué no?”, cierra.