PATINAJE ARTÍSTICO
Javi, el chico despistado que viajó a América sin saber inglés
Comenzó a patinar con seis años, a los 17 se fue a Estados Unidos y en 2011 a Toronto donde el canadiense Brian Orser le ha guiado al cielo del patinaje.
La primera vez que Javier Fernández (Madrid, 1991) pisó una pista de hielo tenía seis años. Acompañó a su hermana Laura, patinadora por aquel entonces y como Javi ha reconocido "una figura clave" en su carrera. Este hijo de Enriqueta, una cartera de correos, y de Antonio, un militar, se sintió cómodo con los patines y sus padres encontraron una distracción para aquel chaval inquieto que veraneaba en Navalacruz, el pueblo de Iker Casillas. Pronto los expertos de la Federación vieron que tras el distraído y travieso Lagartijo (como le apodaban) había talento.
En 2007, con 15 años, se estrenó a nivel internacional cuando fue 28º de Europa y 35º del mundo. Nada hacía presagiar que allí había una estrella. Pero estaba ahí... Y muy grande. Siguió su progresión y en 2009, con 17, el ruso Nikolay Morozov le ofreció irse a Estados Unidos para entrenarse allí gratis. Javi no sabía ni pizca de inglés, pero fue valiente y se marchó sin demasiado recursos económicos a New Jersey. La apuesta salió mal. No se adaptó al grupo de Morozov y se sintió aislado. Pese a ello fue a los Juegos de Vancouver, donde fue 14º. Sin embargo, no disfrutaba. "Me veía montando muebles", reconoció. Y en 2011 llegó el milagro.
Desencantado tras el Mundial de Moscú, Javi habló con Brian Orser, un simpático medallista olímpico en 1984 y 1988, que le ofreció acogerle en su equipo de élite en Toronto. Del mal rollo con el disciplinado Morozov, Javi pasó a la alegría con Orser. El canadiense entendió el espíritu libre del madrileño, a la vez que supo inculcarle un serio método de trabajo. Y llegaron los éxitos, uno detrás de otro. Primero fue el triunfo en el Skate Canada, cuando los diarios del país se preguntaban "¿Puede nacer un patinador en la tierra de los toreros?". La respuesta era un sí rotundo, que se confirmó en 2013 con su primer oro europeo y el bronce mundial. En 2014 repitió esos resultados, pero se llevó la gran decepción de ser cuarto en los Juegos de Sochi, tras Hanyu, Chan y Ten.
Y llegó este 2015, donde reflejó que en Europa no le sopla nadie y conquistó su tercera corona continental seguida, algo que no se hacía desde los años 80 en tiempos soviéticos. Pero el Viejo Continente se le queda pequeño al de Cuatro de Vientos, que ayer alcanzó el oro mundial por delante del campeón olímpico Yuzuru Hanyu, uno de sus grandes amigos en Toronto. "Es como una esposa. Somos amigos, compañeros, rivales...", contaba Javi, que ha acogido en tierras canadienses a su amiga Sonia Lafuente, con la que empezó todo. Javi es el pionero y el que tira de la familia del patinaje español (están la pareja Díaz-Hurtado, Javi Raya, Felipe Montoya...). Es su responsabilidad y la asume con total compromiso. Ha sido Chaplin, rockero, Peter Gunn... y con Fígaro ha llegado a ser campeón del mundo.