TRAINERAS
La juez de la ACT multa al técnico de Urdaibai
Sigue el calvario bermeotarra, con 800 euros a Salsamendi por criticar una anterior sanción al club por dopaje: “Nos van a matar a pellizcos, en vez de un tiro en la nuca”.
Sigue la polémica en el mundo del remo. Y con Urdaibai en el punto de mira. La juez de Disciplina de la ACT, Esther Queraltó, ha decidido imponer a Jon Salsamendi, técnico del club bermeotarra, una multa de 800 euros por lo que entiende “la comisión de una infracción prevista en el artículo 14 letra F del reglamento de disciplina de la Asociación”. La citada resolución no es firme y puede ser recurrida.
Los hechos sancionados guardan relación con las manifestaciones realizadas el 25 de mayo, tras otro castigo, al club de Bermeo, de 24.000 euros y -95 puntos por el caso de dopaje detectado cuando estaba al frente José Manuel Francisco. Salsamendi reaccionó de forma airada contra Queraltó, que se vio entre dos fuegos, ya que algún club criticó lo contrario, que el castigo era escaso para una falta tan grave: “Los comentarios que hay de que es una sanción favorable, como si nos hubiese tocado la lotería –arrancó el preparador de la Bou Bizkaia-. Nos van a matar a pellizcos en vez de un tiro en la nuca. No podemos tener en la ACT unas leyes a la carta, con un asesor jurídico que nos está asesorando muy mal a todos, metiendo en embrollos difíciles de salir”.
Salsamendi es uno de los técnicos más reputados y respetados en la Liga San Miguel. El verano pasado, cuando Urdaibai fue descalificada por variar su trayectoria en la Bandera de la Concha, presentó un detallado estudio para demostrar que no había sido así y el castigo había sido injusto (se despojó del título a los vizcaínos y fue a parar a Hondarribia). El preparador oriotarra ha sido ahora castigado también por decir esto: “No es justo para ninguno de los doce clubes tener que presentarnos a asambleas en las que se decida si se apoya a una jueza o no; o si uno tiene que remar o no, como se hizo en 2011 en Zumaia. Si mañana tengo que ir a la cárcel, iré ; si no puedo remar, me quedaré en casa… pero que me lo diga un juez, no alguien de la calle; y menos que me vengan a dar ejemplo de nada, de deportividad, juego limpio… trataré de respetar todo y si fallo, que me castiguen, pero un juez. El resto tiene que dedicarse a lo suyo”.